Aznar, elegido por quinta vez presidente del PP con 99,6 % votos

ESPAÑA

Aznar anuncia que es la última vez que se presenta a la reelección como presidente del PP El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha sido elegido por quinta vez consecutiva presidente del PP con el 99,6 por ciento de los votos emitidos por los compromisarios del XIV Congreso Nacional del partido.

25 ene 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

Junto a Aznar, los compromisarios votaron la lista de 35 miembros del Comité Ejecutivo Nacional que mantiene como secretario general a Javier Arenas, y como vicesecretarios generales a Rodrigo Rato, Mariano Rajoy y Jaime Mayor Oreja. En la misma elección, los compromisarios también votaron la lista de Aznar a la Junta Directiva Nacional, que obtuvo el 99,5 por ciento de los votos, anunció el presidente del Congreso, Eduardo Zaplana, al término del escrutinio. Por otro lado, el presidente del Gobierno y del PP, José María Aznar, anunció esta tarde durante su intervención ante el plenario del XIV Congreso del PP que esta es la última vez que se presenta a la reelección como líder de este partido. La culminación de su proyecto político Aznar fue elegido presidente del PP en el Congreso que el Partido Popular celebró en Sevilla en 1990. Con el mandato que ahora inicia en el partido, Aznar habrá sido cinco veces elegido como máximo responsable de la formación política. Manuel Fraga dejó el Partido Popular en manos de José María Aznar en 1990 y el nuevo presidente le prometió la victoria electoral y la hegemonía política y social. Doce años después, aquel candidato bisoño, convertido en presidente del Gobierno, organiza su último Congreso para culminar un proyecto político que le ha permitido ocupar la presidencia de la Unión Europea y una confortable mayoría absoluta en el Parlamento. Éste es el último Congreso que diseña y organiza por su cuenta y riesgo porque el próximo, de carácter extraordinario, será manejado por su sucesor. 'Tenemos que organizar el partido para ganar, conseguir mayor crédito político, ensanchar su base social y crecer hacia el centro político para hacer del PP la gran fuerza que represente al centro derecha'. Éste es el compromiso que asumió Aznar en el Congreso de Sevilla, el 31 de marzo del año 90. En aquella convención puso en marcha una estrategia política que daría como resultado la reconversión de la derecha franquista en una fuerza de centro capaz de atraer los votos de la mayoría de los ciudadanos españoles. En ese peregrinar, el PP se comió al CDS, partido heredero de la UCD de Adolfo Suárez y cuya herencia reivindicó Aznar. Viajó desde la derecha al centro, entre los Congresos del 90 y el 93, y, en vísperas de las elecciones del año 96 que le llevarían al Gobierno, el PP abandonó cualquier vestigio de intervencionismo en sus planteamientos políticos para abrazar un liberalismo del que tiñó sus primeros pasos en el poder. Ocupado el centro político y modernizados sus programas de gobierno, Aznar acuñó la etiqueta de 'centro reformista' en el Congreso del año 99 para acentuar todavía más su liberalismo y alejarse definitivamente de la derecha. Este avance hacia las recetas económicas liberales y un discurso de moderación basado en el diálogo y el entendimiento con las fuerzas afines proporcionó al PP la deseada mayoría absoluta. En pleno año triunfal, con el partido bajo su control absoluto y unas expectativas prometedoras de continuidad en el poder, Aznar tiene previsto retirarse de la Presidencia del Gobierno y del partido. Será en el año 2004 cuando convoque un congreso extraordinario que organizará su sucesor, una vez que éste haya ganado las elecciones generales de ese año. En esta XIV edición, los compromisarios del PP asumirán el último capítulo del proyecto político de Aznar con el que aspira a dar cobertura a su aspiración de invitar a los nacionalistas moderados a compartir espacio electoral. Tras desprenderse de los franquistas y reconvertir a los fraguistas, mediante la absorción de centristas y liberales, ahora quiere acercarse a los partidos de la derecha periférica que comparten el mismo credo político. En el año 96, recién llegado a La Moncloa, hizo el primer intento al pactar con nacionalistas vascos y catalanes. A causa del giro soberanista del PNV, rompió amarras con el partido de Xabier Arzalluz y dio por fracasado el intento de hacer las paces con el 'hermano pródigo'. El discurso del 'patriotismo constitucional' está pensado para que el PP pueda aproximarse a Convergencia i Unió con el mismo afán con que en los años 90 se acercó a centristas y liberales. Además, con esta doctrina, que preside el Congreso del fin de semana, la derecha quiere lavar sus culpas por no haber asumido con pasión democrática la Constitución en el año 1978. Aznar quiere hacer bueno el principio de que 'más vale tarde que nunca' y el PP vuelca ahora todo su ímpetu en la defensa de la estabilidad institucional y la garantía de permanencia de la Carta Magna, tal y como reflejan los documentos que se aprobarán el sábado. El Comité de la sucesión La dirección que salga de este Congreso será la encargada de tutelar el proceso sucesorio, 'cuando toque', porque es al Comité Ejecutivo al que corresponde proponer al candidato a la presidencia del Gobierno que aprobará la Junta Directiva. Apenas novedades reseñables se conocen de los nuevos órganos de dirección, a excepción del ingreso, como miembro del Comité Ejecutivo, del hijo del ex presidente del Gobierno, Adolfo Suárez Illana. Aznar sustituirá algunas vacantes, como la del secretario de Relaciones Internacionales, que recaerá en el diplomático Jordi Moragas. También nombrará jóvenes dirigentes desconocidos en las secretarías de nueva creación, así como portavoces parlamentarios que han tenido una disciplinada actuación en esta legislatura, como Vicente Martínez Pujalte. En el Comité Ejecutivo que salió del Congreso de Sevilla se concentraron 'centristas, fraguistas y jóvenes profesionales'. Este diseño se ha sustituido por el actual, conformado por 'centristas, jóvenes liberales y todos aznaristas'. De la parquedad de aquel primer nivel de dirección se ha caído en el sistema casi multitudinario aunque silencioso del actual Comité Ejecutivo. El equipo directivo del 90, integrado por ocho hombres fieles al presidente, se ha convertido en un comité de dirección de condiciones considerables, algunos de los cuales no han cruzado una palabra con Aznar en su vida.