El secretario general del Partido Popular insta al PSE a clarificar su postura La propuesta del presidente de los socialistas vascos, José María Benegas, para el diálogo entre todos los partidos vascos previo cese de la violencia, no ha sido bien recibida en el PP y el Gobierno, que critican las iniciativas presentadas por líderes socialistas por considerarlas contradictorias. El vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, replicó a Benegas que la única iniciativa sensata pasa por la defensa del Estatuto de Gernika. El secretario general del PP, Javier Arenas, pidió al PSE que aclare su postura.
27 may 2000 . Actualizado a las 07:00 h.«La única propuesta seria y la que cuenta con más respaldo y apoyo, en estos momentos, es la que se deriva del apoyo al Estatuto de Gernika, que fue el punto de encuentro de la gran mayoría de los vascos», dijo Rajoy en declaraciones a los periodistas cuando asistió a la clausura del congreso provincial del PP de A Coruña. En su intervención, reiteró la posición del Ejecutivo en defensa de la unidad política dentro del Pacto de Ajuria Enea, al que invitó a volver al PNV, previa ruptura con el Pacto de Estella, aunque se mostró escéptico «con los actuales dirigentes» vascos. La propuesta del presidente del PSOE-PSE, José María Benegas, resumida, reclama el cese de la violencia etarra en un plazo mínimo de dos años como plataforma para reanudar, de un lado, las conversaciones con el Gobierno, y de otro, la creación, en el País Vasco y Navarra, de dos mesas políticas con participación de todos los partidos. Respecto a esta propuesta, Arenas fue más claro que Rajoy al mostrar su preocupación por «la confusión» socialista. Calificó de «muy grave» la situación y acusó a sus dirigentes de mantener distintos planteamientos «que nada tienen que ver entre sí». Se quejó de que los planteamientos de Benegas sean diferentes a los de Nicolás Redondo o a la iniciativa presentada por el PSE y cree que «no es de recibo que todos los días conozcamos una propuesta nueva y contradictoria» con otras. Advirtió que los socialistas no deben caer en «las trampas de Arzalluz, que está deseando dividirlos».