Tendremos que ir acostumbrándonos a que nos hablen todos los días de gastar más dinero en defensa, es decir, en fabricar armas, con todo lo que haga falta para dispararlas, y mantener un ejército más numeroso y mejor preparado que el actual. En España y en toda Europa. Y también tendremos que aceptar que nos insistan de forma cada vez más intensa en que formemos parte de ese ejército.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, volvió a repetir ayer que los Estados aliados deben aumentar el gasto en defensa. Y lo hizo con un mensaje alarmante que nadie quisiera escuchar, pero que no debería lanzar si no estuviera respaldado por información fidedigna: «Somos el próximo objetivo de Rusia». Según Rutte, Rusia podría estar preparada para emplear la fuerza militar contra la Alianza Atlántica en cinco años. «El conflicto está a nuestras puertas. Rusia ha devuelto la guerra a Europa. Y debemos estar preparados», subrayó.
La OTAN debe detener la guerra antes de que estalle, añadió, y para ello hay que tener claro que esta es una amenaza patente. Rutte pidió que se imagine un contexto bélico que «llegue a cada hogar, cada lugar de trabajo» y en el que Europa quede marcada por la «destrucción, el reclutamiento masivo y millones de desplazados». En su opinión todo esto puede evitarse si los miembros de la OTAN cumplen sus compromisos y se refuerzan militarmente para que los rusos teman declararles la guerra.
Rutte hizo estas declaraciones durante la Conferencia de Seguridad de Múnich poco después de reunirse con el canciller alemán, Friedrich Merz.