El resultado es de partida un pegamento que semeja puede tener un nivel de adherencia tan notable como para no discutir el papel de fuerza alternativa de Gobierno
21 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.En el camino que En Marea recorrió desde la misma campaña de las municipales pasadas hasta el domingo, sus actores han reconocido -sin micrófonos- las notables diferencias de ideología, pensamiento y raíces que existen entre los partidos que han alumbrado la coalición. Pero esos matices y desconfianzas con la que se alumbró y se negoció desde el reparto de posiciones en las listas a la gestión de los fondos que se pudieran obtener por la representación en Madrid no afloraron en campaña. Las expectativas unen, y mucho más los buenos resultados. Y seis diputados y dos senadores es de partida un pegamento que semeja puede tener un nivel de adherencia tan notable como para no discutir el papel de fuerza alternativa de Gobierno que desde el domingo cuelga de la puerta de En Marea en el horizonte de la política gallega y las próximas elecciones autonómicas.
Los socialistas, terceros
Por segunda vez en la reciente historia democrática en Galicia, el socialismo gallego se ha visto retratado ante sus propias incongruencias y con ellas relegado justo antes del partido decisivo de las próximas autonómicas a un tercer puesto que frena sus opciones, incluso en baluartes como Vigo. Pero en su salto, En Marea se ha cobrado no una, sino dos piezas del tablero, además del PSdeG, también el Bloque. A la familia raíz de Anova, y por tanto de parte de la coalición que integra Beiras, el domingo se le lanzó desde la fiesta de la coalición un primer aviso de rescate, pero con otras condiciones ya muy diferentes a las que hubiera tenido en una alianza antes de que se votase en estas generales.
Y por haber destrozado anímicamente al PSOE, relegar a la nada estatal al BNG y por haber metido el miedo en el cuerpo al PP, En Marea se convirtió el domingo en alternativa.
Pero para mantenerla tienen el reto de que las discrepancias internas no se conviertan en obstáculos. Dos diputados y un senador de Podemos, dos diputados de Anova, otro independiente, uno más de EU y otro senador de la misma formación tienen ese reto de funcionar como grupo para no morir de éxito como le ocurrió a AGE, ahora ya sobrepasada.