El PSOE podría recuperar el bastión extremeño con la ayuda de Podemos

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo BAreño MADRID / LA VOZ

ELECCIONES 2016

El pacto político contra natura pasa factura a Monago y a Izquierda Unida

16 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocos podían imaginar el 22 de mayo del 2011, cuando el PP ganó las elecciones en Extremadura con una ajustada mayoría de 32 escaños frente a 30 del PSOE y 3 de Izquierda Unida, que José Antonio Monago se convertiría en presidente de la Junta de Extremadura gracias a Izquierda Unida. Pero, consumada esa extraña alianza política contra natura, eran todavía menos los que auguraban que el líder del PP extremeño aguantaría cuatro años de Gobierno estable sin que el pacto se rompiera. La experiencia se ha convertido en un interesante experimento político de cara a las elecciones del 24 de mayo, de las que previsiblemente saldrán unos parlamentos regionales más atomizados. Y esa lección es la de que no se puede descartar de antemano ningún pacto político y que, mientras los números sumen, todo es posible.

Para llegar a la presidencia y arrebatar a los socialistas una comunidad que hasta ese momento formaba junto a Andalucía y Castilla-La Mancha uno de los tres bastiones del PSOE que se consideraban inexpugnables, Monago no solo tuvo que dejar perplejo a Mariano Rajoy con su propuesta de intentar la aventura de pactar con un partido que está en las antípodas del PP, sino también persuadir a IU de Extremadura de que se declarara en rebeldía frente a la negativa tajante de su dirección nacional, con Cayo Lara a la cabeza, a facilitar un Gobierno de los populares.

Carambola Política

El insospechado pacto con IU. Los tres diputados de IU se enfrentaron a las críticas de todo el partido y dieron su apoyo a Monago, desbancando así al socialista Guillermo Fernández Vara, que presidió la Comunidad entre el 2007 y el 2011. Para entender el por qué de esa decisión, hay que saber que una buena parte de la militancia de Izquierda Unida en Extremadura respaldaba esa medida, ya que se sentía maltratada por un PSOE que daba siempre por hecho que la formación de izquierdas no tenía más remedio que respaldar siempre al candidato socialista. A Monago, sin embargo, el apoyo de IU no le ha salido gratis. Ha tenido que adoptar medidas que van mucho más allá de lo que figuraba en su propio programa electoral. Pero el dirigente popular decidió hacer de la necesidad virtud, presentando esas medidas como una decisión personal y fruto de sus propias convicciones, aunque fuera a costa de convertirse en el eterno verso suelto de los populares.

Factura el las urnas

El PSOE ganaría las elecciones. A pesar del aparente éxito de la alianza entre el PP e IU, los sondeos indican que puede pasarles a ambos una gravosa factura en términos de votos. Según la encuesta del CIS, elaborada en abril del 2015, serían los socialistas los que ganarían las elecciones, con una horquilla de entre 26 y 28 diputados, lo que los dejaría a entre cinco y siete escaños de los 33 que dan la mayoría absoluta. En segundo lugar se situaría el PP de Monago, con entre 24 y 26 escaños, seguido por Podemos, con ocho actas, y Ciudadanos, con cuatro. Izquierda Unida sería la que pagaría un precio más alto, ya que el estudio le otorga entre cero y dos diputados, con lo que podría llegar a quedar incluso fuera del Parlamento autonómico. De confirmarse esos resultados, un pacto entre el PSOE y Podemos podría arrebatar la presidencia de Extremadura al PP, al que ni siquiera le bastaría con el apoyo de Ciudadanos, como ocurre en otras comunidades, según las estimaciones del CIS. Y sumar a la vez los votos del partido de Albert Rivera y los de Izquierda Unida, en caso de que dieran los números, para hacer presidente a Monago, se antoja algo excesivo, incluso para la imaginativa política de pactos del líder popular.

Imagen dañada

Viajes gratis como senador. Monago llega además tocado por algunos escándalos políticos que han dañado la imagen de hombre honesto y sencillo que este exbombero se había labrado entre los extremeños. La difusión de los viajes personales que realizó a Canarias para visitar a una amiga con cargo al Senado en su etapa de parlamentario en la Cámara alta entre los años 2009 y 2010, y la exigencia de los socialistas de que asumiera responsabilidades por ello dejaron seriamente comprometido su futuro y su liderazgo. Pero Monago decidió aguantar, en contra del criterio de algunos dirigentes del PP que aprovecharon para criticarlo, siempre en privado, e insistió en defender su inocencia. Gracias al nítido respaldo de Mariano Rajoy, consiguió superar esa crisis y mantenerse en el cargo, siendo incluso uno de los primeros candidatos autonómico en ser ratificado por el líder del PP. Otras polémicas, como la intención de ceder el espacio del anfiteatro romano de Mérida para celebrar un torneo de pádel, idea finalmente desechada, tampoco han ayudado a mejorar su imagen.

Última oportunidad

Fernández Vara se la juega. Enfrente tiene Monago al socialista Guillermo Fernández Vara, que afronta la que quizá sea su última oportunidad de recuperar para el PSOE una comunidad que se convirtió en un emblema socialista bajo la presidencia del histórico Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que la presidió durante 24 años, desde 1983 al 2007.