El líder del PP gallego desembarca por tercera vez en Ourense cuando solo estuvo una en A Coruña y Pontevedra
10 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.En los cuatro días y medio hábiles que Feijoo permaneció en Galicia desde que arrancó la campaña del 20D -el fin de semana viajó a Madrid y a Andalucía-, dedicó tres de ellos a batirse el cobre en la provincia de Ourense, el feudo político de la familia Baltar, que desde el 2000, con una sola excepción, agasaja al PP con tres de los cuatro escaños que reparte en las generales. Aunque la dirección del partido en Galicia matiza que su interés por Ourense no es más extraordinario que otras veces, no oculta que el «resultado estratosférico» del que presumía Baltar Pumar está ahora más amenazado que nunca. Y eso, en un contexto de mayor fragmentación política, podría suponer un diputado menos.
En todas las incursiones de Feijoo en tierras ourensanas estuvo acompañado por el presidente provincial del partido, José Manuel Baltar, y algunos de los candidatos a las Cortes. El sábado pisó O Carballiño, el martes hizo doblete con Celanova y Verín, y ayer acompañó a uno de los primeros espadas del PP a nivel nacional, Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León, en los actos en O Barco y A Rúa.
La llamada a la «gran movilización» para contribuir a que el PP forme un Gobierno estable en España fue el mensaje que Feijoo deslizó anoche en la comarca de Valdeorras, sabedor de que los populares se jugarán en este campo, en el de la movilización, buena parte de su resultado el 20D. Y también previno contra la fuga de votantes hacia las llamadas fuerzas emergentes, en este caso Ciudadanos y la coalición tripartita En Marea, al llamar a los electores a «desconfiar dos mesías».
Por encima del 47 %
El desafío del PP en Ourense pasa por triplicar el resultado electoral que obtengan sus adversarios. Desde que la familia Baltar convirtió la provincia en su feudo político, los populares no bajaron nunca del 47 % de los votos en unas generales y eso, desde la mayoría absoluta firmada por Aznar en el año 2000, supuso siempre llevarse el 75 % de los diputados a elegir, salvo en el 2008. No obstante, el desgaste acumulado por los populares durante la gestión de la crisis puede pasarles factura, a lo que se añadiría también el coste que podría tener para Baltar en particular la denuncia por acoso sexual que le interpuso una mujer, archivada por el fiscal inicialmente.
La batalla por la provincia de Ourense está por tanto abierta. Y el interés del PP por esta circunscripción queda más a las claras al compararlo con las veces que recaló Feijoo en otras provincias. Pontevedra solo la pisó de momento en Lalín, lo mismo que A Coruña, donde el último acto ofrecido fue el de la pegada de carteles de la noche electoral.