Pedro Sánchez, el agonista perfecto

César Casal González
César Casal LAS CLAVES DEL 23J

ELECCIONES 23J

ALBERTO LÓPEZ

27 jul 2023 . Actualizado a las 10:21 h.

Dice Ayuso que Sánchez ya ha pactado con Puigdemont o que lo hará con España de vacaciones y por la espalda. Dice Ayuso que Feijoo tiene todo su apoyo y desautoriza las amenazas de Esperanza Aguirre afilando los cuchillos contra el político gallego, como siempre antes de tiempo. Dice Ayuso que Feijoo tiene todo su apoyo, sea cual sea el escenario: jefe de la oposición o nuevas elecciones en diciembre. No dice nada Ayuso sobre unos comicios a más largo plazo. Pero Ayuso solo es la introducción para hablar de su némesis, de Pedro Sánchez. El hombre contra el que hábilmente se ha presentado ella en dos autonómicas de Madrid sin que su rival fuera Sánchez. Ayuso parece que es la única que le tiene pillado el punto a Sánchez. Sánchez va más allá del manual del resistente. Dice Ayuso que es como en las películas de terror, cuando crees que el malo ya está muerto y entonces va y te agarra del tobillo. 

Sánchez es el Nadal de la política española, pero de izquierdas. Nadie puede atreverse a negar la persistencia y la ferocidad de Pedro Sánchez, muy similar a la que exhibe Nadal en sus partidos. Aunque Nadal tiene otras querencias políticas, ambos son iguales en la manera de pelear cada pelota durante un partido o unas elecciones. Sánchez no entregó la raqueta ni cuando todo el mundo lo daba por machacado. Al revés, convirtió la última semana en un infierno para Feijoo. El líder del PP ayudó con su semana para el olvido. Pero Sánchez es un maestro en aprovechar los errores del rival, cualquier resquicio que deje para meter el cuchillo entre el costillar del contrario. No dio un voto por perdido y sumó un millón más. 

Éxito en Cataluña y en el País Vasco, buen resultado en Madrid y Andalucía. Está dicho que el espectacular resultado de Cataluña fue clave en la resurrección de Pedro Sánchez. El líder del PSOE sabe que el PSC existe y ha jugado de manera maestra las cartas de Salvador Illa, primero, y, ahora, de Meritxell Batet. Otra España diversa está ahí y él la reconoce y la jalea, para bien y para mal. Hizo lo mismo en el País Vasco. En ambos territorios exprimió los errores de Abascal llamando al odio y al regreso de la confrontación para recaudar votos a manos llenas. Aguantó también en Madrid y Andalucía, aprovechándose de que enfrente no tenía a Ayuso y a Moreno Bonilla. Zapatero, en racha, también colaboró a tope en la reanimación de Sánchez. 

Indurain: «He llegado muy lejos en el dolor». Dice en su genial libro sobre el Tour, Ander Izaguirre, Plomo en los bolsillos, que el que se viste de amarillo en Francia es el que más y mejor aguanta el dolor. Sánchez se vestirá de amarillo en la pelea de la Moncloa (o lo intentará), porque otra vez fue el que más y mejor aguantó el dolor, como los grandes agonistas del ciclismo. Es famosa la frase de Indurain, cinco Tours: «He llegado muy lejos en el dolor». Sánchez no es empático. Pero hay que reconocerle que las recibió por todas partes y que aguantó hasta en las rampas más duras con un pedaleo de ganador del Tour: sin desmayo, con cadencia, sin dejar de morder al rival. Ander Izaguirre, en su libro sobre el ciclismo que podría ir sobre política, dice: «Quien concede una tregua al dolor pierde la carrera». Pues eso.