El Cocido de Lalín vuelve a lucir capa

LALÍN

La feria recuperó el nombramiento de comendadores en una edición abarrotada pese a la lluvia en la que se estrenó el título de Fiesta de Interés Internacional

17 feb 2020 . Actualizado a las 20:59 h.

Tras cuatro años sin rituales caballerescos, la Feira do Cocido de Lalín recuperó este domingo su clásica Encomienda. Las capas honoríficas salieron del armario para engrosar la lista de comendadores que juran comer cocido una vez al año y promocionarlo de por vida. A las más de 120 personas que desde hace 17 años cumplen con tal cometido se sumaron otras siete que, por su peso y su personalidad, multiplicaron la presencia mediática en la capital dezana y hasta arrancaron vítores a su paso.

Para las multitudes que abarrotaban las calles, la protagonista de la jornada fue, sin duda, Benedicta Sánchez, que a sus 84 años acaba de recibir el Goya a la mejor actriz revelación. Benedicta es vegetariana, pero no por eso va a ser peor embajadora. Aunque se quede con los grelos y las patatas, ella defiende Galicia por encima de todo y Lalín como capital indiscutible del cocido. «O que queira comer un bo cocido, que veña a Lalín», sentencia. Benedicta se dio un atracón de cariño. Muchas veces le gritaron «guapa» y más se acercaron a ella para abrazarla, besarla o hacerse selfies. «Como me honra estar en Lalín, polo amor de Deus. Amo a Galicia e non podía ser doutra forma», declaraba.

Un plato para comer «a fartar»

El que tampoco pasó desapercibido fue Yosi, el líder de Los Suaves. Con su larga melena canosa hizo un comendador de postal. «Comprometerse a comer cocido unha vez ao ano, a verdade paréceme pouco», dijo antes de recomendar degustar el plato «cun bo viño do Ribeiro ou do Ulla; que por iso non imos rifar». «O cocido hai que comelo como se come na nosa terra: a fartar», aconsejó.

De eso no es tan partidario otro de los nuevos comendadores, Gregorio Varela, presidente de la Fundición Española de Nutrición, que sin embargo cantó las virtudes de un plato «inxustamente vilipendiado», en palabras del alcalde de Lalín, José Crespo. «No hay ningún alimento completo salvo la leche materna, pero el cocido es un puzzle de muchas cosas de interés nutricional. Además se comparte, y el aspecto social de la comida es fundamental. No solo importa lo que se come sino cómo se come y el cocido aporta esa dosis de felicidad que debe haber alrededor de la mesa», dijo Varela. «Eso sí, sin excesos», recomendó.

Más difícil lo tenía para exaltar el cocido lalinense el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, nombrado comendador para que ejerza de embajador del plato en una ciudad que tiene su propia receta. Salió del paso como pudo: «Los dos cocidos son compatibles. Yo me he comprometido a comer el de Lalín una vez al año y, si puedo, más. Invito también a todo el mundo a que venga a comer el madrileño».

El historiador y cronista dezano Daniel González Alén y la comunicadora lalinense Amelia Ferreiroa se sumaron también a la nueva lista de comendadores encabezada por la pregonera, la periodista y escritora Sonsoles Ónega. En su lucido discurso apostó por sacralizar la Feira do Cocido y convertir el plato en «el cáliz de cada domingo».

A tanto puede que no se llegue, pero de momento la cita gastronómica ha sido la primera de España en ser declarada de interés turístico internacional. «E quen dá primeiro, dá dúas veces», advierte el alcalde lalinense.