Peregrinos del PP a Sevilla

Francisco Balado Fontenla
fran balado SEVILLA / ENVIADO ESPECIAL

LALÍN

cedida

Viajaron en furgoneta desde Lalín recorriendo a la inversa la Vía da Prata que atraviesa la comarca

08 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A la convención nacional del PP de Sevilla se llega de muchas maneras. Desde el centro de Galicia, también en furgoneta. Es ya una tradición, desde el 2012, que los representantes dezanos alquilen un vehículo para viajar hasta el lugar de celebración. Al volante se alternan el alcalde de Rodeiro, Luis López, y el jefe territorial de Medio Rural en Pontevedra, Antonio Crespo. En esta ocasión viajaban con ellos el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez; uno de sus antecesores en el cargo, Vázquez Portomeñe; el senador José Crespo; el estradense Xesús Palmou; y el alcalde de Agolada, Ramiro Varela.

Los pasajeros se fueron turnando los asientos, porque unos son más confortables que otros. Y el detalle importa cuando son más de 800 kilómetros desde Lalín a orillas del Guadalquivir: eso sí, haciendo noche en Cáceres.

«A idea era facer a Vía da Prata á inversa», aseguraba Román Rodríguez, en unas jornadas para compartir experiencias y potenciar la buena relación que aseguran existe entre todos ellos. Siete políticos en una furgoneta, «un grupo heteroxéneo» en palabras del conselleiro, con personas que tuvieron grandes responsabilidades en el pasado como Palmou ?tuvo que regresar ayer al fallecer su suegro? y Portomeñe, junto a alcaldes más jóvenes. Una composición diversa que, a su juicio, refleja lo que es hoy el PP gallego.

Tiempo para hablar de todo. De temas candentes, como el estado de España, el problema catalán o la situación que atraviesa Cristina Cifuentes. Y también de anécdotas, apartado en el que los dos exconselleiros se llevan la voz cantante. Como la relatada por Portomeñe ?82 años y pin de Pelegrín del Xacobeo 93 en la solapa de su chaqueta?, cuando llegó a una fiesta popular de un pueblo que apenas conocía y tuvo que acabar dando el pregón: «Foi un dos mellores discursos da miña vida», recordaba entre las risas de sus compañeros de partido, y de furgoneta. De un viaje a la antigua usanza, en furgoneta, y también un homenaje gastronómico, pasando por tierras de excelentes caldos y fantásticos embutidos.