Ponte Ledesma vuelve a humillar a Napoleón

Rocío García Martínez
rocío garcía LALÍN / LA VOZ

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cedida

Benito Martínez resucita para contar cómo 2.000 labriegos armados con sachas derrotaron a los franceses en 1809

28 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Suso Martínez es un historiador coruñés que además es guía turístico y un auténtico friki de la época napoleónica. Eso de momento, porque este domingo va a fagocitarse para dar vida a Benito Martínez, el jefe miliar de la Xunta de Trasdeza que fue capaz de organizar un ejército de 2.000 paisanos que en 1809 frenó el paso a las tropas napoleónicas en Ponte Ledesma. El militar se presentará a las doce del mediodía en la orilla coruñesa del puente para contar la epopeya.

A Suso Martínez le encanta meterse en la piel de otros para poner la historia al alcance de todos. «En Galicia todos vivimos al lado de un castro, de una mámoa o de una iglesia románica. La gente lo respeta y lo ve como algo importante, pero no hay interpretación», cuenta. «La historia es como una guitarra. Yo cojo una y salen truenos, pero si se la das a Paco de Lucía cámbiache o conto», explica.

Pues él quiere hacer lo mismo con la historia. Lo está haciendo, de hecho, emulando el estilo de las visitas turísticas de Gran Bretaña. «Allí les llaman ‘reenactment’», comenta. Son recreaciones históricas en las que se resucita a personajes claves para que cuenten la historia por boca propia. Así el visitante embarca en una máquina del tiempo y aterriza en otra época. Con este sistema Suso Martínez lleva seis años haciendo historia en Galicia. Como el Fiz Cotobelo de El bosque animado en el cementerio coruñés de San Amaro -en la que se ha convertido en la visita guiada con más demanda de España- o como el estudiante Casimiro Barcala en la visita compostelana de La Casa de la Troya.

«Soy un fanático de la historia», reconoce. Tanto lo es, que siempre lleva al extremo sus dramatizaciones. Conoce los acontecimientos casi mejor que sus protagonistas, se caracteriza tal cual ellos, con sus defectos y problemas, e incluso adapta el lenguaje. Para la visita de Ponte Ledesma, por ejemplo, ha echado mano de la obra Rogos de un gallego, de Manuel Pardo de Andrade, para asimilar la forma de hablar de la época en la zona de Trasdeza. Todo está perfectamente documentado. Nada desentona. «Por eso no me gusta llamarles visitas teatralizadas. Esto es realismo, no teatro», explica.

En Ponte Ledesma, como Benito Martínez, tiene una gran historia que contar. Una auténtica gesta que ha caído en el olvido y que el colectivo Amigos da ponte de Ponte Ledesma quiere recordar.

Él 9 de marzo de 1809 unos 2.000 campesinos armados con aperos de labranza, piedras y palos consiguieron frenar en el puente a 2.000 soldados del ejército napoleónico que pretendían cruzar el río Ulla para continuar su avance hacia el sur de Galicia y entrar en Portugal.

Aquellos labriegos sin munición derrotaron al mejor ejército del mundo, armado con bayonetas y cañones. No es la única batalla en la que el ejército de Napoleón salió escaldado, pero sí la única en la que la población civil, sin apoyo del ejército, consiguió derrotar a las tropas francesas.

El milagro de Trasdeza

«La carretera Santiago-Ourense que cruzaba el Ulla en Ponte Ledesma era la autopista de la época. Conseguir cortar las comunicaciones allí del 9 al 19 de marzo de 1809 fue un milagro. Eso es lo que voy a explicar allí como Benito Martínez, un militar veterano del ejército español que junto a su hermano Gregorio fue capaz de organizar a los paisanos en un ejército que derrotó al regimiento que en Jena había arrasado con los rusos», avanza el guía turístico.

No todo fueron rosas para los dezanos, porque el 19 de marzo los franceses cruzaron al fin y hubo consecuencias.

Pero el final de la historia solo se desvelará a pie de puente. Allí se contarán también infinidad de anécdotas. Como la de que uno de los dos oficiales de Napoleón inmortalizados por Ridley Scott en la película Los duelistas estuvo combatiendo en Ponte Ledesma. O como la repercusión local del paso por la zona del temible mariscal Ney, un hombre de carácter violento que acabó dando nombre a muchos perros en Lalín y Silleda.

Quien quiera subirse a la máquina del tiempo solo tiene inscribirse en el Concello de Cruces (986 582 017 o concellodeviladecruces@gmail.com) o en el de Boqueixón el viernes anterior a la visita. Hay una este domingo 4 y otra el sábado 10. Las dos a las 12.00 horas y completamente gratis. Buen viaje.