Ingenio lalinense para crear el primer servicio de reparto con drones en el mundo

David Cofán Mazás
David Cofán LALÍN / LA VOZ

DEZA

cedida

Jaime Pereira es uno de los impulsores de este proyecto pionero

25 ago 2021 . Actualizado a las 23:49 h.

La idea futurista de un dron llevándote la comida a casa ya no es tan descabellada como pensábamos. De hecho, en la costa ibicenca esta opción ya es posible gracias al proyecto emprendido por Jaime Pereira, CEO y fundador de la compañía dezana de drones Aerocámaras, junto con la firma Global Equity Infrastructures Corporation (GEIC). Su resultado es Drone To Yatch, un servicio de delivery que ya ha realizado sus primeras entregas a los clientes que fondean con sus yates en cala Tarida, en Ibiza.

El primero de los muchos restaurantes con los que pretenden ampliar su lista de franquiciados es Can Yucas. Allí se preparan suculentos platos para ser degustados por clientes que buscan engalanar un poco más su lujosa estancia en el Mediterráneo. El sistema diseñado por Jaime y sus socios es simple. Los usuarios seleccionan desde su yate que quieren comer a través de una app o la web de Drone To Yatch. Entonces, el restaurante entrega al operador del dron el pedido y con las coordenadas de la embarcación, este se coloca en la aeronave, que en pocos minutos llega al destino para posarlo suavemente en la embarcación. Dicho así parece sencillo, pero detrás hay un gran trabajo. «La idea nació hace un año.Tuvimos que invertir ocho meses solo en la gestión de permisos, no solo aeronáuticos para la coordinación con aeropuertos y aeródromos, sino también ambientales», explica Pereira.

Este emprendedor lalinense asegura que han previsto todos los retos técnicos y operativos que requieren este tipo de proyectos. De momento, da servicio a los cien barcos que se encuentran en un radio de dos kilómetros del restaurante, pero su idea es aumentarlo a quince, al contar con gente interesada en el envío de objetos a otras islas. Aunque parezca poco asequible, Pereira asegura que cualquiera podría permitírselo, señalando que los costes operativos varían en función del producto a enviar, teniendo como precio medio en torno a los cincuenta euros.

Esta alternativa no es solo para unos pocos. «Hay una parte de lujo, pero también estamos repartiendo pizzas, crema solar o medicinas. Incluso hemos recibido un encargo para enviar con nuestros drones un anillo y una botella de champán para una pedida», explica Pereira.

Un proyecto de franquicia que Jaime y su equipo planean extender en noviembre a distintos puntos del Caribe como Miami, Puerto Rico o Cancún. Asimismo, su objetivo es que el reparto no solo se centre en el ámbito de los yates, sino también en hoteles, campos de golf y viviendas.