Olivia Ares: «Toca non baixar os brazos e ter esperanza e paciencia»

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

Miguel souto

Un helicóptero de la Guardia Civil reforzó la pasada jornada la búsqueda de su hermano Carlos, residente en A Bandeira y desaparecido desde hace una semana

01 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El misterio envuelve la desaparición de Carlos Alberto Ares Duarte, vecino de A Bandeira de 48 años del que nada se sabe desde el día 24 de junio a primeras horas de la tarde. Hoy se cumple una semana sin noticias mientras continúa la investigación oficial y las batidas vecinales en busca de su paradero. Son más las incógnitas que las certezas sobre qué pudo ocurrir para que un hombre de costumbres fijas, entre las que figura avisar a su madre -con la que vive- de cualquier ausencia, no se haya comunicado en todo este tiempo con sus familiares.

Desde Tenerife viajaban a tierras dezanas las dos hermanas de Carlos. Olivia y Cecilia Duarte vinieron a arropar a su madre en estos momentos de incertidumbre y preocupación. Por segundo día consecutivo se sumaban a las batidas que de forma espontánea, a partir de las 19.00 horas y hasta que anochece, surgieron por parte de vecinos de A Bandeira, aunque se sumaron ya desde otros puntos de la zona. Parten frente a talleres Duro, donde alguien cree haberle visto el día de su desaparición, aunque hay más personas que le observaron al salir del Mesón Bandeira donde había acudido a tomar café después de comer en su casa.

Olivia Duarte actúa como portavoz de la familia y ayer reconocía la creciente preocupación con la que están viviendo el paso de los días sin saber la situación en que se encuentra su hermano. Respecto a los detalles de la investigación, apuntaba que están recibiendo poca información al estar el caso en manos del Juzgado, algo que entienden. Agradeció el esfuerzo que se está realizando desde el primer momento por parte de las fuerzas de seguridad, así como por los vecinos, para dar con el paradero de Carlos. También lo extienden al propio Concello de Silleda que, dijo, desde el primer momento se ofrecieron a colaborar en todo lo necesitase la familia.

En las labores de búsqueda participó ayer por primera vez un helicóptero de la Guardia Civil, disponible la pasada jornada para poder sumarse al operativo aprovechando además las buenas condiciones meteorológicas, que se sumaba a las patrullas de tierra y a los agentes del Seprona, coordinados por el capitán de la Comandancia de Lalín. Buscaron peinar la zona entre los lugares donde se le vio por última vez y su domicilio. Apenas son unos centenares de metros y tampoco se logró dar con el paradero de este vecino de A Bandeira, como ocurría posteriormente en la batida vecinal que contó con presencia de agentes de la Policía Local.

Colaborar con la investigación

«

Agora toca non baixar os brazos e ter esperanza e paciencia

», afirmaba Olivia Ares con la voz entrecortada. A la pregunta de qué piensan que pudo ocurrir, tras un pequeño silencio, apuntaba que prefieren no pensar tanto en ello como en centrar los esfuerzos en buscar a su hermano y colaborar con los investigadores. Intentan evitar el desánimo ante tanta incertidumbre.

De Carlos Alberto Ares se desconoce dónde puede estar desde el pasado 24 y ya el viernes se lanzaba una campaña a través de la asociación Sos Desaparecidos. La última vez que fue visto en A Bandeira vestía un pantalón vaquero de color azul, un polo verde y unas zapatillas deportivas oscuras. Tiene complexión normal y calvicie total, además de una pequeña discapacidad física por la que cobra una pensión contributiva. Desde su entorno resaltan que carece de coche en propiedad y de haberse desplazado fuera de su localidad de residencia tuvo que hacerlo en compañía de al menos otra persona.

En busca de algún indicio con su teléfono móvil y su entorno de amigos

De la investigación apenas están trascendiendo datos. Por ahora el caso está considerado como una desaparición voluntaria. Un posibilidad que cada vez cobra más visos de ser improbable dada su costumbre de llamar a su madre ante cualquier imprevisto. Y eso no se produjo. Su teléfono móvil está apagado y, en todo caso, como apuntaba ayer su hermana Olivia, si se hubiese ido a otro lugar por cualquier motivo podría usar el de un amigo. Pero no hubo ningún contacto. Ese móvil está en el punto de mira, en cuanto a las últimas llamadas que pudo recibir o su paradero. Los investigadores hablaron con su círculo más próximo, sin que al parecer se generasen pistas, aunque algunas fuentes apuntan una posible contradicción en una de las declaraciones. Y seguro que se están controlando movimientos de tarjetas y cuenta bancaria.