Lalín abre la bienal más «científica» en homenaje a Moldes

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

miguel souto

Astronomía y arte dialogan en muchas obras específicas con Aller de telón de fondo, en varios espacios

11 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La reformulación de la Bienal Pintor Laxeiro emprendida con Ángel Calvo Ulloa en el 2017 da un salto exponencial en la edición inaugurada ayer. De nuevo con un mismo hilo argumental, pero en esta ocasión con una internacionalización de las obras expuestas y la multiplicidad de espacios expositivos de la mano de Álvaro Negro. Lalín ofrece un homenaje a Manuel Moldes imbricado con las figuras de dos científicos ilustres lalinenses, Matemático Rodríguez y en especial Ramón María Aller.

Una espectacular pieza de Moldes datada en el 2008 sirvió de telón de fondo a la puesta de largo de la bienal, que permanecerá abierta hasta el 31 de julio. En el acto no faltaron los creadores a quien Negro encargó intervenciones específicas para indagar en la relación arte-ciencia, junto con la viuda y la hija de Moldes, además del conselleiro de Cultura, el regidor y otros representantes de la corporación. Durante los discursos se destacó la colaboración prestada por el pintor pontevedrés pero lalinense de adopción a la bienal. Su mujer, Carmen Díaz Cacheda, recordó su participación en tres ediciones con obra en los años 90, conferencias o su papel como jurado, además de participar en otras iniciativas como el cartel del Cocido o tutelado a alumnos del IES Laxeiro para elaborar un mural que luce en su salón de actos. «Manuel Moldes sempre terá en Lalín o seu segundo fogar», remató emocionada.

El comisario de esta XIV Bienal Pintor Laxeiro reconoció que fue todo un honor haber sido propuesto, pero a la vez una gran responsabilidad para encontrar a cada obra su espacio. Negro explicó que su primera duda fue la temática, tras estar meridianamente claro que Moldes era el artista homenajeado. Tocaba encontrar una lógica, una coherencia al discurso expositivo y artístico que halló en el museo Aller al contemplar unos cuadernos del astrónomo lalinense, «cunhas notas que non diferían moito das dun artista», recordando una serie expuesta por Moldes en la extinta galería compostelana SCQ y entre ellas la pieza que se exhibe en el consistorio, vinculada a la Física, profesión que ejerce su hijo. Después era la hija de Moldes, Iria, quien leía un texto inédito del artista donde surgía esa idea de más es menos, menos es más, que bebe en una frase atribuida a Van del Rohe. Nacía así el hilo conductor de Menos é máis, máis ou menos, lema empleado para la bienal.

Negro buscó después más obras que artistas, propiciando un diálogo entre ellas, con proyectos específicos y obras cedidas por particulares como instituciones, en concreto el CGAC y la Fundación María José Jove. Destacó la colaboración también del instituto Ramón María Aller cediendo unos cuadernos inéditos del astrónomo, así como de Xunta, Diputación y Concello. Mientras, el alcalde, Rafael Cuíña, recordó su amistad con Moldes y lo cómodo que se sentía aquí, «un lalinense máis e un pintor universal que levaremos sempre no noso corazón e na nosa alma».

En esta edición hay cuatro espacios expositivos. Además de la obra del consistorio, el observatorio de Aller acoge una instalación de Rubén Ramos Balsa y en la Praza da Igrexa hay otra de Christian García Bello. El grueso de la muestra se encuentra en el propio museo municipal donde el protagonismo pictórico lo ostentan dos piezas de Moldes, complementándose con instalaciones, videocreación, fotografía, escultura o piezas firmadas por creadores gallegos y también internacionales, otra de las novedades de esta bienal. Una nómina en la que figuran creadores como Thomas Zipp, Luis Cammitzer, Elena del Rivero, Joäo Penalva, Mladen Stilinovic,... además de Misha Bies Golas, Víctor Mejuto, Jorge Varela, Eduardo Outeiro o Luis Gil Pita, con que muestran intervenciones específicas.