«La arena es el tránsito al agua y el incómodo regreso a la ducha»

maría conde PONTEVEDRA / LA VOZ

DEZA

MONICA IRAGO

05 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Finales de julio: tercer día consecutivo de niebla en la ría. Refresca y el viento azota en la orilla de la playa de Laño a la una de la tarde. A 27 de julio el arenal está casi desierto y hace falta la camiseta. Pero este es el verano que le gusta a Xosé Luis Barreiro Rivas. «Es para mí ideal, quince grados por la noche, veintidós por la mañana... Es a lo que los inventores del veraneo le llamaron el veraneo -dice-. Ahora es ir a buscar el sol, pero antes, el veraneo era ir a buscar el fresco, por eso se veraneaba en el norte».

El politólogo encontró su refugio de Raxó hace 33 años. Una preciosa casa de piedra situada en un alto y con unas espléndidas vistas de la ría y de la citada playa, la única que pisa. Y lo hace tanto para caminar por el nuevo paseo que une este arenal con el de Covelo o por las rutas colindantes, como para darse el chapuzón del día, «haga sol, niebla o llueva, no hay condiciones». La arena, solo para la foto. «Para mí es solo el tránsito hacia el agua y el incómodo regreso a la ducha», bromea.

Y eso que reconoce que el arenal está en espléndidas condiciones desde que hace una década comenzaron a cuidarlo. «La limpian todos los días y es muy tranquila», señala el profesor, que destaca que uno puede alargar el paseo por el litoral hasta A Seca o, al otro lado, a las playas de Raxó.

Aquí pasa el verano y los fines de semana de invierno y ha engrosado la nómina de amigos con muchos vecinos. Entre julio y septiembre dice que desconecta «bastante bien, porque soy disciplinado», aunque nunca consigue estar ocho o diez días «en el dolce far niente de los italianos, porque sigo teniendo alguna cosa que hacer». El artículo de La Voz o las colaboraciones con la UIMP son algunas. Y no lleva reloj, pero «no puedo vivir sin hora, hasta incluso coloqué una campana en el patio de mi casa que la da».

Más que de cañas y vinos, es de refrescos. Hasta tiene acuñado el suyo: «Mi bebida de verano es lo que llamo una Coca-Cola descompuesta, un café caliente y un agua con gas», que se mezclan «agradablemente» en su estómago. Las tertulias de V Televisión no las reproduce fuera de pantalla con los amigos. «Quedamos, pero nada establecido como eso de comemos los miércoles o nos vemos todos los días a la una -señala-. Sí que viene gente a comer en casa, porque en Raxó es donde cocino algo. Suelo hacer richada, carne, riñones y les gusta mucho que lo haga».

«Llegué a Raxó -añade- en el 79, cuando empezaba a figurar públicamente, y me pasó aquí casi todo lo bueno y casi todo lo malo; cuando dejé la política y cuando los niños eran pequeños pasábamos todos los fines de semana del año y estaban encantados». En verano, solo hace dos escapadas. Una, a Santander, a la UIMP, y otra, a su lugar natal, Forcarei, para las fiestas. Y aunque reconoce que el núcleo «ha crecido mucho en la zona de la carretera», sigue convencido de que el de A Granxa «es el mejor mirador sobre la ría de Pontevedra».

xosé luis barreiro rivas profesor de la universidad de santiago y politólogo

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