El Vilagarcía Basket Camp abrió las puertas de su séptima edición echando mano de su mejor arma, con la presencia de Berni Rodríguez y Guillem Rubio, y un «Partido de las estrellas»
05 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Encontrar un hueco entre la élite de la multitud de campus de tecnificación de baloncesto que con cada verano aparecen por doquier por España adelante exige buenos contactos, y mucho ingenio. Ingenio para ser capaz de topar un cartel atractivo y diferenciado, sin caer en la rutina año tras año. La organización del Vilagarcía Basket Camp (VBC) ha venido revalidando con éxito esta fórmula durante los seis primeros años de vida de su propuesta estival. Y en el séptimo, que ayer a la tarde arrancó con 180 chavales de múltiples procedencias y edades dispares, desde niños de 3 años a adolescentes, parece que todo va por el mismo camino.
El primer caramelo para traer a tanto rapaz es la presencia en la capital arousana de las estrellas en las que encuentran su espejo. Un señuelo infalible al que basta con ir cambiando el cebo. Carlos Cabezas, Nacho Rodríguez, Víctor Sada o Nicola han dado paso este año a los jugadores del Unicaja de Málaga Berni Rodríguez y Guillem Rubio, que serán relevados el miércoles por el alero del Estudiantes Carlos Suárez. A mes y medio de su inicio, el campus cerraba la incripción.
Berni y Rubio fueron también el gancho para abarrotar ayer a media tarde el pabellón de la vilagarciana calle Castelao con el Partido de las estrellas del VBC. Allí se reunieron dos equipos de deportistas, políticos, periodistas, un representante de Caixanova y dos miembros de la organización del campus. De blanco, entre otros, figuraban la ultrafondista de élite Cristina González, el futbolista Pablo Coira y, al frente de las operaciones, Berni Rodríguez, con el entrenador del Liceo Casino, Andrés Lago, como técnico. En el otro bando, de negro, Guillem Rubio capitaneaba a un conjunto con Sara Gómez, la escolta de Celta Indepo, y Helena Mariño, ex del Extrugasa, con el director de la cantera del BBC, Juan Espiñeira, dando las indicaciones desde el banquillo.
Al final ganaron los blancos 50-43, después de una intensa media hora de carreras arriba y abajo y de un marcador siempre ajustado. La media docena de triples de Berni, el gran animador del partido junto al speaker y un grupo de baile dance local, y alguno que otro de Cristina González, antigua campeona gallega de baloncesto base, desequilibraron la balanza. Lo mejor, como siempre, fue verles la cara de ilusión a los niños cuando al final se hacían las fotos con los jugadores de su álbum de cromos.