Las enfermeras quieren coche

DEZA

Ayer realizaron una protesta para manifestar sus quejas por tener que utilizar sus vehículos para la atención domiciliaria y demandan al Sergas que les facilite unos

09 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El Sindicato de Enfermería (Satse) hizo un llamamiento a las enfermeras de Atención Primaria de toda Galicia para celebrar ayer un día sin coches como medida de protesta. Las enfermeras reclaman al Sergas la posibilidad de disponer de vehículos oficiales y se quejan de tener que utilizar siempre los suyos propios.

Una protesta que fue secundada en la medida de lo posible por algunas de las enfermeras de la zona. Aunque la idea era no utilizar el coche para acudir a realizar la atención domiciliaria, en esta zona donde el transporte público es inexistente para acceder a las parroquias y la dispersión de la población es muy grande, resulta casi imposible.

Ayer alguna enfermera, como Teresa Barcala, miembro del Satse, optó por dejar para el día siguiente algún desplazamiento y ayer realizar el que le correspondió a pie. Algo que pudo hacer porque el domicilio se encontraba en el casco urbano de la capital dezana y pudo ir a pie. La protesta acarreó en algunas zonas algunos retrasos.

En el centro de salud lalinense trabajan alrededor de doce trabajadores de enfermería, incluidos los APDs, a los que se podrían sumar unos cuatro más adscritos al turno de tarde. Las enfermeras de Lalín se quejan de que en el mismo centro se encuentran los servicios veterinarios que disponen de varios coches para realizar su trabajo y ellas tienen que utilizar el suyo, lo que les acarrea, dicen, un gasto considerable, sobre todo en épocas donde el número de visitas domiciliarias aumenta notablemente como es el caso de la época de las campañas de vacunaciones o en invierno por algunas patología de enfermos crónicos. Se quejan de las dificultades que les supone andar por pistas por las que no cabe un coche si es un poco grande, los problemas que les ocasiona muchas veces orientarse en un concello tan extenso como es Lalín para encontrar un lugar y una casa en concreto. Eso unido a las distancias. Teresa hoy, por ejemplo, tendrá que ir a A Saborida, y recorrer unos 14 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. Una distancia que puede ser mucho mayor cuando se trata por ejemplo de acudir a algún domicilio que se encuentra en Lebozán o Zobra, o en pueblos situados en los límites del municipio con Agolada o Rodeiro.

Con la protesta de ayer las enfermeras querían llamar la atención de la Administración y reivindicar vehículos para las enfermeras. Dicen que no están dispuestas a seguir poniendo en peligro en la carretera sus coches, sus puntos de carné y su seguridad personal.

La secretaria general del Satse en Galicia apuntaba ayer que siempre han aportado sus propios medios de transporte «como una flota gratuita para el Sergas».

María teresa Joaquín, secretaria autonómica de acción sindical, destacaba ayer que en la oposición para obtener el puesto de enfermeras no se les exige ni disponer de coche ni tener carné de conducir y resalta las dificultades a las que se enfrentan sobre todo los trabajadores de enfermería que desempeñan su labor en centros de salud del rural.

Explica que «por cada visita a domicilio que tiene que hacer un médico, una enfermera hace tres o cuatro» y dice que «lo único que nos pagan es un complemento que se llama dispersión y que es de unos siete euros».

Considera que es de poca consideración que no les proporcionen vehículos para acudir a los domicilios a prestar atención a los pacientes y se queja, al igual de sus compañeras, de los gastos que les acarrea el uso de sus coches. Un gasto que, apuntan, «luego no podemos poner por ejemplo en la declaración de la renta». Dicen en su campaña que no son viajantes de comercio sino enfermeras.