Ana Peleteiro salió al paso de quienes aventuraban un 2025 en blanco por su problema físico en la rodilla en una temporada de cambios. La plusmarquista española del triple salto no es el ave fénix, pero casi. Siempre vuelve y lo hace a lo grande.
Sucedió en el 2012, después de proclamarse campeona del mundo júnior. Ese título que se convirtió en trampa mortal para muchos triplistas y tras el que la atleta de Ribeira pasó por una larga travesía en el desierto con paradas en Madrid y en Lisboa antes de encontrar el paraíso (competitivo) en Guadalajara al lado de Iván Pedroso.
También pudo suceder, como ella misma relató, en aquella misma época, cuando el problema de rodilla que ahora vuelve a tratarse asomó. Entonces, fue el doctor Guillén su ángel de la guarda, como reconoció la atleta. De su mano, y la del técnico cubano, no solo cambió el rumbo de los acontecimientos, sino que hizo historia con una medalla olímpica y el récord de España.
Ahora, en otra temporada repleta de novedades después del cambio de entrenador y del regreso a casa para hacer de Galicia su centro de operaciones, parecía que volvían a aflorar los nubarrones sobre su futuro inmediato, pero de sus propias palabras se desprende que es una nube pasajera. Si todo se desarrolla según su plan previsto, hoy mismo estará entrenando y comenzando la cuenta atrás para el Campeonato de España y pensando en un Europeo para el que tiene plaza segura. El único cambio viene dado porque la pierna derecha volverá a ser la de batida.
Como siempre, si la complicación no pasa a mayores, de la barbanzana se puede esperar todo en la competición, tanto en la cita estatal como en la continental. Hace tiempo que tiene pendiente la barrera de los 15 metros y ese objetivo debe caer antes o después. Que nadie piense que el ave fénix va a retirarse a sus cuarteles de invierno.