Denis Galán, el atleta gallego que presume de haber superado una lesión similar a la de Rafa Nadal

DEPORTES

Galán, tras recuperarse, batió el récord gallego de los 100 metros lisos
Galán, tras recuperarse, batió el récord gallego de los 100 metros lisos

Una necrosis en el escafoides lo apartó con 19 años, pero logró eliminar el dolor

12 jun 2022 . Actualizado a las 21:52 h.

Con 19 años, Denis Galán Cambón (A Coruña, 1991) era corredor de los 110 metros vallas. Estaba en el Centro Galego de Tecnificación. Tenía hecha la mínima para el campeonato del Mundo. «Un día, haciendo unas series de 150 metros, empecé a percibir un dolor muy profundo en el pie izquierdo. Cuando acabé, me saqué las botas de clavos que llevaba y vi que tenía una zona, en la parte interior del pie, completamente abultada. Me puse muy nervioso y ese día empezó mi calvario», cuenta Galán.

De la visita de urgencia al médico salió como primer diagnóstico un edema en el hueso escafoides. Pero, con las resonancias debidamente estudiadas, el pronóstico se complicó. «Días después me llamó el traumatólogo y me dijo que la lesión era muy seria. Fui a verlo con mi madre. Me puso la imagen de mi pie. ¿Por qué hay un hueso negro?, le pregunté. ‘Porque está completamente necrosado. El hueso está lleno de líquido y sin riego sanguíneo. Ese hueso está muerto’, me dijo. Todo mi mundo era el atletismo y en ese momento me vine abajo. Así descubrí qué era el síndrome de Müller-Weiss. El traumatólogo me dijo que me olvidara de volver a entrenarme y a mí me dio la risa. Pero tenía razón. Me hicieron magnetoterapia, tratamiento en piscina, y no funcionó nada. El dolor seguía ahí y me martirizaba».

Resonancia del pie de Galán, de junio del 2010, que revela la lesión en el escafoides
Resonancia del pie de Galán, de junio del 2010, que revela la lesión en el escafoides

Quiso estudiar fisioterapia

La lesión trastocó los planes de Denis, que se decidió a estudiar fisioterapia para conocer con mayor profundidad el problema que sufría. «Quise aprender sobre la composición ósea. Así supe que el escafoides era un hueso esponjoso. Estos huesos tienen una particularidad: no se nutren de ninguna arteria. Se nutren de la compresión y descompresión. En el momento en el que apoyas, ese líquido sale, pero no sale del hueso, se queda en las paredes, y cuando levantas el apoyo, vuelve a entrar. El problema para las personas que desarrollamos mucha musculatura muy jóvenes como también fue mi caso, que subí 8 kilos de masa muscular en un año, es que combinamos un pie sin apenas puente con un déficit de calcificación, por lo que el esfuerzo no pasa por la zona óptima del escafoides, pasa un poco por arriba, por la cara dorsal. Ese exceso de presión genera una inflamación, que puede generar una ruptura por estrés, como le sucedió a Nadal. El líquido acaba formando callo e impide que el hueso se pueda nutrir», refleja Galán sobre su lesión.

Provocó una herida para drenar

«Lo primero que deduje es que necesitaba eliminar ese tejido y el líquido que tenía edematizado dentro. Llevaba tres años con él ahí. Pensé en que debía generar una presión externa sobre el hueso para que el propio líquido interno provocase una solución de continuidad en un punto del periostio. ¿Y esto qué venía siendo? Una pequeña herida. Con esa herida, y la presión que ejercía mi dedo con los propios apoyos, intenté drenar todo ese líquido», recuerda.

«Lo hice mediante terapia manual. Haciendo presión desde el talón, en la cara superior del hueso, hacia la cara anterior. Como si fuera un globo, con el aumento de la presión acabé produciendo esa fractura, esa herida por la que salió el líquido. Se empezó a poner roja toda la zona y mi sensación, al apoyar, era de alivio».

El proceso duró entre dos y tres semanas. «Tenía que ir drenando un poco cada día y acompañando el hueso de carga. No haciendo un entrenamiento de élite, porque provocaría un sangrado brutal, pero sí caminando para que la presión ayudara a salir el tejido. En el momento en el que conseguí drenar todo ese líquido, el dolor desapareció. El hueso cicatrizó y nunca me volvió a dar problemas. Fue la panacea», revela.

Denis, antes de percibir la lesión, cuando competía en los 110 metros vallas
Denis, antes de percibir la lesión, cuando competía en los 110 metros vallas

 «No solo volví, batí el récord gallego de 100 metros lisos»

En el 2013, tres años después del diagnóstico, y una vez sometido el pie a la técnica para eliminar el tejido con el que desapareció el dolor, Denis Galán optó por retomar la práctica del atletismo. Tenía 22 años. «Volví con muchas dudas, con cierto miedo a que el problema se pudiera reproducir. Fui al campeonato de España y quedé de último, pero ya había conseguido regresar. No tenía claro lo que iba a aguantar. En el 2015 quedé subcampeón de España universitario y luego me fichó el Barcelona».

Galán fue progresando sin rastro del sufrimiento que le provocaba el escafoides. «No solo duró. Me cambié a los 100 metros lisos y batí el récord gallego de los 100 metros —lo dejó en 10.54— que estaba en manos de Isidoro Hornillos. Yo no solo me curé, pude entrenar muy duro y volví a competir al máximo nivel sin dolor. Me molestaba horrores que luego la gente me recordase lo del pie», admite.

Galán abrió su propia clínica de fisioterapia y reconoce que quiere hacer visible su caso por si, de algún modo, sirviese de ayuda a Nadal. «Soy muy fan de Rafa y me interesé mucho por su lesión, por ver fotos de cómo era su pie. Y es como el mío, tiene el mismo bultito donde yo lo tengo, y le dan las mismas soluciones que entonces me daban a mí. Entiendo lo que está pasando porque es muy frustrante y no hay una solución precisa. Te hablan de operarte, pero ¿para qué? ¿Para fijar un hueso con el otro? Entonces, olvídate del deporte. Llevo tiempo queriendo contar esto. No quiero decir que yo tenga la solución, pero ¿y si probando esto mejora? No cuesta nada intentarlo», proclama.