Galán fue progresando sin rastro del sufrimiento que le provocaba el escafoides. «No solo duró. Me cambié a los 100 metros lisos y batí el récord gallego de los 100 metros —lo dejó en 10.54— que estaba en manos de Isidoro Hornillos. Yo no solo me curé, pude entrenar muy duro y volví a competir al máximo nivel sin dolor. Me molestaba horrores que luego la gente me recordase lo del pie», admite.
Galán abrió su propia clínica de fisioterapia y reconoce que quiere hacer visible su caso por si, de algún modo, sirviese de ayuda a Nadal. «Soy muy fan de Rafa y me interesé mucho por su lesión, por ver fotos de cómo era su pie. Y es como el mío, tiene el mismo bultito donde yo lo tengo, y le dan las mismas soluciones que entonces me daban a mí. Entiendo lo que está pasando porque es muy frustrante y no hay una solución precisa. Te hablan de operarte, pero ¿para qué? ¿Para fijar un hueso con el otro? Entonces, olvídate del deporte. Llevo tiempo queriendo contar esto. No quiero decir que yo tenga la solución, pero ¿y si probando esto mejora? No cuesta nada intentarlo», proclama.