El del pasado lunes fue un gran partido del Leyma ante el Estudiantes, un choque de contrastes entre ambos equipos y muy trabajado por parte del conjunto coruñés, donde desde la primera parte fue trabajando el partido sobre todo a nivel físico, con muchos cambios defensivos, contra los que al Estudiantes le costó mucho encontrar ventajas.
El Leyma siempre eligió buenas opciones en ataque, al tiempo que iba elevando el nivel defensivo. Y lo hizo, sobre todo, sin ponerse nervioso y construyendo el partido haciéndolo largo, que fue algo que se notó mucho en la segunda parte, sobre todo después de un tercer cuarto en el que el duelo cambió un poco porque el Estudiantes lo quiso llevar más a situaciones de bloqueos indirectos, creyendo que no le estaba yendo bien con los directos. Fue ahí donde encontró mejores posiciones de tiro, a Dee abierto e incluso forzando algún error del Leyma, pero no ajustando bien esos cambios porque solo los hicieron en los bloqueos directos.
En el último cuarto, el Básquet Coruña siguió con el mismo plan de partido, construyéndolo, y creo que fue lo que le dio más tranquilidad al Leyma y fue sacando al Estudiantes de la contienda, que no consiguió volver a leer esos cambios defensivos y no volvió a tener más ventajas.
El Leyma supo entonces llevar el partido en defensa a un nivel de exigencia física muy alta, asegurando el rebote, y leer bien los desajustes en ataque y defensa que cometía el Estudiantes.
Se trató de una victoria muy importante por la entidad del rival contra la que se logró y, sobre todo, por la línea de juego, de seriedad y de construir el partido, que es lo que da seguridad y mucha confianza a la hora de afrontar los siguientes partidos, ver que el equipo tiene las ideas claras y una filosofía e idea de juego. Eso tiene que animar también al público de A Coruña a acudir al Palacio y a que el equipo aspire a todo en la competición.