Debuts como dios manda

DEPORTES

PHIL NOBLE | REUTERS

13 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una condición para marcar época debería ser romperla en el debut con tu nuevo equipo. Maradona, la primera vez de blaugrana, dio una asistencia de gol a los 30 segundos de partido. Zidane es Zidane en Madrid porque dejó a la gente loca en su primera noche ante el Valencia. Ronaldinho descorchó la época más gloriosa del Barça con aquel golazo frente al Sevilla. No me gusta comparar, pero yo mismo marqué dos goles cuando debuté en la Liga coruñesa ante el Sin Querer. Luego me estanqué. Fui como Robinho, que fue el mejor jugador de la historia durante una noche en el Carranza.

El debut de Cristiano Ronaldo con el Madrid no fue de esos que marcan época. Fue contra el Deportivo, que vestía de negro. Marcó Riki y los coruñeses perdieron 3-2. Cristiano hizo gol, pero de penalti. Seguramente inventado. No es que sea un escenario épico.

Debe de andar por cerca de los 800 goles oficiales el portugués y esta semana otros dos, de vuelta en Manchester. Un redebut como dios manda. Que Cristiano sería histórico aunque no hubiese marcado ante el Newcastle, pupas oficial de la Premier, pero no cabe duda que cascarse dos en tu primer día de vuelta a casa —ya saben que los futbolistas tienen muchas casas— es bastante épico.

Porque la épica hay que saber hacerla. Seguramente para compartir piso o como compañero de trabajo, Ronaldo sea la persona que quieres tener más lejos de la tierra, pero qué bien se le da la épica. A Bernardo Silva, por ejemplo, no. Se despidió de la afición entre lágrimas antes del cierre de mercado de fichajes, ovacionado en su último cambio y resulta que ahora me entero que marcó esta jornada el gol de la victoria del City. No se ha ido a ninguna parte. Devuélvanme mis lágrimas.