La sensación del verano, con marcas de leyenda, planea opositar tras los Juegos
03 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Mohamed Katir El Haouzi (Alcazarquivir, Marruecos, 1998) vive en Mula (Murcia) desde los cinco años, cuando emigraron a España sus padres, él marroquí y ella egipcia. Llegó a Tokio como una de las grandes sensaciones del verano del atletismo español, después de batir, en un margen de solo 33 días, las plusmarcas españolas de 1.500, 3.000 y 5.000 metros. Esta última será la única prueba que dispute en los Juegos (con la semifinal el 3 de agosto y la final, el día 6). También protagoniza, a su pesar, una polémica, después de que el exfondista Isaac Viciosa dudase de la limpieza de sus récords con un comentario xenófobo, al decir que prefería que el autor de las marcas fuese alguien «con apellidos castellanos», aunque luego rectificó. Katir, que le respondió en las redes sociales hace unas semanas, evita hablar del tema durante la entrevista con La Voz en Tokio, para evitar el ruido antes de la competición. «Estoy deseando que llegue la semifinal», inicia la conversación.
-Es su debut en unos Juegos.
-La verdad, estoy muy orgulloso, cumplo mi sueño de ser atleta olímpico. Es algo que no sé cómo contarlo, cómo expresarlo. Es un sentimiento que hay que tener dentro para saberlo.
-La Villa, pese a las mamparas de separación en el comedor y el resto de las medidas sanitarias, sigue siendo uno de los detalles auténticos de estos Juegos.
-Es una experiencia muy buena. Yo estoy en el apartamento con mis compañeros y disfrutamos al máximo. Estos días se me pasan volando. Estamos súper contentos de estar aquí, dispuestos a cumplir un sueño.
-¿Se ha fotografiado con algún otro deportista al que admire?
-Mi ídolo es Kipchoge, pero no creo que lo vea porque ellos van a otra villa. [Los maratonianos compiten en Sapporo para evitar el calor extremo de la capital].
-No debería tener problema para clasificarse para la final.
-Me encantaría meterme en la final, creo que me puedo estar sin problemas, salvo que me pase algo. Porque entran seis. No creo que tenga problemas, aunque tampoco quiero relajarme. Voy a salir como si fuera una final.
-El 5.000 es una prueba de alto nivel, ¿ve el podio posible?
-Sí, una vez en la final me gustaría luchar por la medalla. Hay gente que tiene más experiencia que yo, muy muy buena, pero una vez ahí me gustaría.
-¿Qué tipo de final le iría mejor?
-Si es una carrera rápida, creo que me viene muy bien, pero con Cheptegei, va a ser muy fuerte desde el principio, vamos a ir todos ahogados.
-¿Dónde estaba antes del verano? ¿Cómo explica un salto tan grande como el suyo en un año?
-Es que el año pasado hubo pocas pruebas para demostrar el nivel, y lo bueno es que tuvimos más tiempo para entrenar y la actitud y el cambio de entrenador, [ahora, Gabi Lorente], me beneficiaron mucho. Había cosas que no hacía y ahora sí hago, y eso es una ventaja más.
-¿Cuándo empezó en atletismo? ¿Cómo se las arregló para progresar en Mula, donde no hay pista de atletismo?
-Alguien dijo que empecé tarde, con 18 años, y no es cierto, sino que empecé con 8 años. Y en Mula no hay pista, pero sí terrenos muy buenos para correr; por ejemplo la series las hago en un descampado alrededor de un lago. Quien no tiene una pista cerca, entrena donde sea, y yo tengo el monte al lado. Es un lujo no tocar el asfalto, me permite cuidar mi cuerpo para tener más años de entrenamiento, y menos lesiones. Si hay ganas, pese a las dificultades, llegas adonde sea.
-Estaba preparando oposiciones para ser bombero el año pasado.
-Sí, me metí a intentar ser bombero desde el 2019, aunque con el tema de los Juegos he aparcado las oposiciones. El próximo año retomaré los estudios para ser bombero.
-«No escucho a nadie», dijo al ganar el 3.000 de la Diamond League con récord. ¿Por qué?
-No quiero sacar ese tema, prefiero dejarlo aparte.
-Ha intentado aislarse de la polémica del dopaje o sus apellidos.
-Sí, eso es. Me concentro en mi competición, en estar enfocado en mi objetivo, y ya está.