La nevera de Marcelo Bielsa

Xosé R. Castro

DEPORTES

DPA vía Europa Press

21 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Marcelo Bielsa marca tendencia. El actual entrenador del Leeds de la Premier puso de moda sentarse en la nevera (de mano), estratégicamente colocada en su área técnica, y desde ahí pensar y dirigir a los suyos. Luis Enrique le copió el modelo y se ha aficionado a vivir los partidos desde ese púlpito, en apariencia tan modesto.

Quizás sea lo único que una al Loco y a Lucho. El argentino, tozudo y obstinado con el fútbol a partes iguales, sabe rectificar cuando se equivoca, hasta el punto de que fue capaz de denunciarse a sí mismo cuando las tuvo tiesas con un operario por las obras que se acometían en Lezama en sus tiempos de entrenador del Athletic.

El asturiano traspapeló, o arrancó, esa página en su diccionario. No porque se mantenga al margen del debate sobre los hombres y los puestos de la selección, ya que como dice su defendido Morata opinar es fácil y gratis en este país, sino para salvar los muebles de un barco que va directo hacia las rocas de la Eurocopa.

Quizás el problema es que Luis Enrique y la selección todavía no han pasado página. En el fútbol actual se juega a otra cosa, a otra velocidad y con otro despliegue físico. El que le faltó a la selección para desarbolar a equipos de medio pelo como Suecia o Polonia y el que le sobró a Alemania ante Portugal.

Después de dos insulsos empates, Bielsa se sentaría en su nevera y rectificaría, o avisaría a su traductor de que dimitía por cualquier motivo que no fuese de su agrado (como la hierba de La Cartuja, por ejemplo), pero Luis Enrique no es un hombre de cintura. Lo suyo no son los cambios, y menos bruscos, y a diferencia de su paso por los banquillos a nivel de clubes, estos no pueden esperar. Si ante Eslovaquia sale con el mismo equipo, el mismo ritmo, el mismo sistema y la misma idea, igual puede quedarse sentado en la nevera. O llevársela de vacaciones a la playa.