Luis Fernández: «Siempre piensas en volver a vestir la camiseta del Deportivo»

Antia S. Aguado / P. A. LA VOZ

DEPORTES

Asteras Tripoli

El delantero de Burela comienza su nueva etapa en Grecia con la esperanza de dejar las lesiones atrás

31 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuenta la mitología griega que el semidiós Arcas, al morir, se convirtió en una constelación. La Osa Menor. El héroe da nombre a la región de Arcadia. Y el destino ha querido que sea la nueva estación de Luis Fernández (Burela, 1993). El fútbol le ha dado la espalda al joven gallego en muchas ocasiones. Idas y venidas. Le ha quitado, pero también le ha dado mucho. Y, aunque la vida es muy caprichosa, ha sabido reponerse. Lejos de las costas gallegas, sueña con volver a brillar. Trípoli es su nuevo hogar. Su nueva ilusión.

-Llega a debutar con el Fabril en Tercera División. Pero una lesión en el ligamento cruzado merma su progresión. Incluso llega a meditar abandonar el fútbol. Antes de tiempo.

-Lo cierto es que pasas momentos muy difíciles, y piensas cosas. Pero al final, la ilusión y el sueño que llevaba persiguiendo toda mi vida, te hace sacar fuerzas y seguir adelante.

-Sin embargo, sus números después de esa lesión fueron muy buenos. 20 tantos en 26 partidos.

-Fue una vuelta inesperada. Fueron muchos goles, muchos partidos. Y después vino el salto al primer equipo. Todo fue maravilloso.

-Tras un ascenso frustrado con el filial deportivista llega su oportunidad. El Deportivo jugaba en Segunda, y Fernando Vázquez apostó por usted. ¿Volvía a sentirse importante?

-Sí. Superada la lesión y con tan buenos números en el Fabril, mi mayor ilusión era poder llegar al primer equipo. Desde pequeñito. Y lo he conseguido. Al final esto son etapas, momentos, y he tenido el mío en el Deportivo. Lo he disfrutado, lo recordaré. Estoy muy contento por saber, y pensar, que he jugado en el equipo.

César Toimil

-Comienza después una larga sucesión de cesiones: Lugo, Huesca, Alcorcón y UCAM Murcia. Cada destino, con sus respectivos altibajos.

-Sobre todo ha sido un aprendizaje lógicamente deportivo, pero mucho más personal. A final, te vas de casa, es la primera vez que te vas. Empiezas a ser independiente. Son momentos difíciles, pero te ayuda a madurar y a vivir cosas que, de otra forma, no hubieras vivido. En todos los pasos que das te puedes equivocar o no, pero estoy muy contento con todos ellos. De todos he sacado cosas positivas.

Mi mayor ilusión era poder llegar al primer equipo. Desde pequeñito

-Ha podido ver la cara más desagradable del fútbol. Una nueva lesión volvía a parar su progresión. ¿Qué se le pasa por la cabeza en esos malos momentos?

-«¡Otra vez no!». Eso fue lo primero que se me pasó. Venía de superar un momento difícil. Me fui al UCAM a buscar una nueva salida, con un nuevo equipo y una nueva ilusión. Y, a los tres partidos, resulta que llegas y te rompes la rodilla. Después el equipo desciende, y te quedas sin contrato. Se vuelve todo muy difícil. Pero nunca hay que darse por vencido, ni dar el brazo a torcer. Soy un afortunado por poder vivir de lo que me gusta. Hay que luchar.

Por suerte o por desgracia, me ha tocado vivir cosas que a otras personas no les ha tocado, en el tema de las lesiones. Una desgracia porque, a lo mejor, ha cortado una progresión que podías haber llevado. Pero también es una suerte, porque te enseña cosas. Te enseña a valorar. Tanto en lo futbolístico como en lo personal, te das cuenta de todo lo bueno que tienes a tu alrededor.

-¿Como puede, un jugador tan joven, afrontar que, en ciertos momentos de la temporada, esté más fuera que dentro debido a las lesiones?

-Es complicado. Lesionado apoyas al equipo y, lógicamente, estás deseando que gane todos los partidos, pero estás pensando en recuperarte lo antes posible. Al final un jugador que está lesionado trabaja bastante más que el que está disponible para poder jugar. Son muchas horas de dedicación. Cada día que vas a trabajar es duro. Pero siempre hay que pensar en que, lo que se está haciendo, es para volver cuanto antes. Eso te da fuerzas para afrontar todo lo que te queda por delante.

CESAR QUIAN

-A pesar de todo, regresaba a Abegondo como jugador del Fabril. Quizá teniendo un rol muy importante en el vestuario, aportando veteranía y experiencia en la categoría.

-Mi vuelta al filial del Dépor fue un poco especial. El club me ofreció los medios que tenía para poder recuperarme de la rodilla. Mi intención en un primer momento no era quedarme en el filial, pero siempre se portaron muy bien conmigo. Mostraron muchísimo interés. Tengo mucho que agradecerle al club. Siempre. Al final estos detalles te hacen grande. Que en esos momentos tan duros un club como el Deportivo, tu casa, te ofrezca las instalaciones, es digno de admirar.

-Un gran año, que termina un tanto agridulce por el descenso del primer equipo y que, por lo tanto, imposibilitaba el ascenso del filial. Un golpe duro para aquel vestuario.

-La etapa en el Fabril fue maravillosa. Todo iba sobre ruedas, hasta que, por desgracia, el Deportivo desciende a Segunda División y nuestra posibilidad de ascenso ya era imposible. Nos robaron el título de Segunda B en el último partido. Esa es la realidad y la sensación que tenemos todos. Ese equipo fue muy especial. Es muy difícil que el Fabril pueda estar peleando por subir a Segunda. Estoy convencido de que, de no haber pasado lo que pasó, teníamos muchas posibilidades.

Que en esos momentos tan duros un club como el Deportivo, tu casa, te ofrezca las instalaciones, es digno de admirar

Nuevos inicios

-Ahora, cambia Murcia por la Trípoli griega. La Segunda B por la Superliga. ¿Cómo decidió dar ese paso?

-En un primer momento yo quería salir de España. Fue una oportunidad que me había surgido hacía un tiempo, y nunca la había valorado. Pero esta vez era diferente. Tenía ganas de empezar esta nueva aventura, en la Primera División de un país. Ganas de competir contra grandes equipos, grandes jugadores, y poder demostrar el nivel que tengo, con las lesiones a parte y trabajando día a día para demostrar que puedo competir contra grandes equipos.

Asteras Tripoli

-¿Ha supuesto para usted un antes y un después? ¿Un nuevo capítulo en su carrera?

-Abandonas España, tu zona de confort, por buscarte un nuevo reto. En todo momento estoy muy agradecido y contento por la posibilidad que tengo. Es extraordinaria. En Grecia estoy viviendo una etapa totalmente diferente. Es la Primera División de otro país, y lo necesitaba después de tantos malos momentos que tuve con las lesiones. Necesitaba abrirme a otras experiencias. Una nueva ilusión y, por el momento, todo está yendo de cine.

-Por sus condiciones futbolísticas, ¿cree que se adaptará bien a la liga griega?

-Creo que sí. Es una liga física, pero, en el aspecto táctico, es peor que en España. Tenemos que darnos cuenta del nivel que hay en el fútbol español. En este caso, creo que, si todo va bien, y las lesiones no me hacen parar, puede ser una gran temporada.

-En las filas del equipo hay otro jugador gallego, Borja Fernández. Imagino que contar con él, con su apoyo, le será de gran ayuda.

-Desde el primer día que llegué Borja ha sido un gran apoyo. Llegó un par de días antes, y es un chaval excepcional. Es un placer poder salir de tu país a otro club y encontrarte con gente así. Te lo hace todo mucho más sencillo.

Asteras Tripoli

-¿Entra en su sueño volver, algún día, a vestir la camiseta del Deportivo?

-Mi etapa en el Dépor fue casi la más bonita que he tenido. Siempre he soñado con jugar en él. Soy un deportivista. Pude ayudar al equipo en esa temporada [2013-2014] a conseguir su objetivo, que era el ascenso a Primera División, y es algo que me quedará para siempre. Siempre piensas en volver a vestir la camiseta del Deportivo, pero al final cada uno tiene que mirar por sus objetivos, su ilusión, por su carrera. Ahora estoy aquí, y el Dépor en Segunda División. Quién sabe lo que puede pasar en el futuro. Lógicamente me encantaría. Uno es del club, y siente eso de forma diferente que otro jugador.