Morata, por su parte, es un fichaje de difícil digestión para un sector de la afición del Atlético que ya se mostró en contra en el último partido de Liga disputado en el Metropolitano. «Menos Morata y más Borja Garcés», gritó el sector más radical de la grada, que encontró respuesta en los pitos del resto del estadio. El morbo está asegurado y el delantero podría marcar su primer gol ante el eterno rival y su exequipo. «Ojalá todos los problemas sean pensar lo que tengo que hacer después de marcar un gol», dijo el día de su presentación. Ya vivió una situación similar cuando se enfrentó con el Juventus al Real Madrid y no celebró ni el gol que logró en Turín, ni el que hizo en el Bernabéu. Bien haría el delantero en hacer caso a lo que le aconsejó Enrique Cerezo a su llegada: «Tú aquí, a jugar al fútbol y a marcar goles».