La victoria de Carolina Marín es un gran acontecimiento para el bádminton y para el deporte español. Es, no cabe la menor duda, un hito histórico. Pero a mí, que estuve durante tres años entrenándome junto a ella en Madrid, no me causa tanta sorpresa, a decir verdad. Y lo sostengo porque he visto cómo se entrena, con mucha ambición y trabajo, con todo el esfuerzo y la dedicación que una persona puede emplear en una actividad. Carolina es una deportista muy fuerte mentalmente. Es un muro que las rivales saben que no pueden derribar. Es cierto que posee una técnica muy buena, excelente, pero es su garra la que es determinante en esos partidos en los que sabe que no será suficiente con los otros dos aspectos para llevarse la victoria. Por eso gana. Desde mi punto de vista, lo único que puede poner freno a una trayectoria tan fulgurante es una lesión o un contratiempo extradeportivo. Tal y como he visto a Carolina, creo que puede aguantar todavía mucho más tiempo en la cima y creo que podrá ganar el oro en los próximos Juegos Olímpicos e incluso que creo que puede sumar algún Mundial más.
Pablo Sanmartín es exjugador gallego campeón de Europa júnior con España y compartió estancia en la Blume con Carolina Marín