«La medalla olímpica supondría todo para mí y para España»

DEPORTES

Javier Cebollada | EFE

El patinador madrileño es la principal baza para romper una sequía de 26 años en los Juegos de Invierno

30 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un cuarto de siglo pesa sobre sus cuchillas. En sus pies, al igual que hace cuatro años, está devolver a España a un podio de los Juegos Olímpicos de Invierno. Los de Pyeongchang (Corea del Sur) están a la vuelta de la esquina, el próximo mes de febrero. Javier Fernández (Madrid, 26 años) tenía solo unos meses cuando Blanca Fernández Ochoa emuló a su hermano Paquito y se colgó una medalla en Albertville 1992. En Sochi 2014, el patinador tenía todo a su favor para conseguirlo, pero en un deporte en el que cada detalle es un mundo, se quedó en el cuarto escalón. Ahora, «con más cosas que hacer», pero «siendo la misma persona», se encuentra en la recta final de su preparación. Desde Madrid, donde pasó unos días por la celebración en Jaca del Campeonato de España, se puso al teléfono para atender a la primera entrevista que concede a La Voz.

-¿Cómo se siente a poco más de un mes para los Juegos?

-Me encuentro bien, con ganas. Los entrenamientos han estado yendo muy bien. Tengo mucha energía e ilusión porque los Juegos Olímpicos son una competición muy importante para una carrera deportiva. Además, estos son muy diferentes a los del 2010 y el 2014. Desde los anteriores gané los dos campeonatos del mundo que tengo y sumé más de Europa. Entonces ya tengo una experiencia y palmarés diferente. Aunque sigue siendo una competición complicada y en la que una nunca sabe lo que puede pasar, lo veo todo con expectativas diferentes.

-¿Siente presión por ser la principal baza de España para conseguir una medalla?

-Estaría bien que pudiera conseguir una medalla. No hemos tenido muchas medallas en los Juegos de Invierno y creo que sería algo muy importante. Ya no solo a nivel personal, sino también a nivel nacional. Además, hay que tener en cuenta que nunca hemos conseguido una en patinaje. Una medalla olímpica supondría todo para mí y para España.

-¿Cuánto dedica a entrenar?

-Seis días a la semana, de dos a tres entrenamientos diarios, que suelen ser de una hora más o menos. Ahí van incluidas las sesiones que hago fuera del hielo.

-¿A quiénes considera sus máximos rivales para el podio?

-Siempre puede haber sorpresas, pero los rivales más directos son los japoneses, Yuzuru Hanyu y Shoma Uno, y el estadounidense Nathan Chen. Esos serán los favoritos, pero nunca se sabe lo que puede pasar.

-Continúa en Canadá entrenando con Hanyu, su principal oponente. Sabe que eso es algo inhabitual en otros deportes.

-Se puede ver extraño, pero también este deporte es diferente. No estamos acostumbrados a que un mismo entrenador prepare dos deportistas que compitan al mismo nivel. Nosotros compartimos técnico [Brian Orser], entrenamientos y también experiencias. Está bien tener un ámbito de trabajo, una forma de prepararse, donde hay también otros patinadores de un nivel muy alto.

-¿Le gustaría volver a España?

-En un futuro me gustaría volver, pero en este momento, tal y como me encuentro, y dónde estoy entrenando, para mí es el mejor sitio donde puedo estar. Allí tengo las mejores condiciones y el entrenador sabe exigirme el nivel al que tengo que llegar. Además, me tratan muy bien y el entrenamiento allí es el esencial.

-En Canadá se le ve feliz.

-Me han tratado muy bien, me han acogido y siempre me han apoyado. Llevo siete años y por mi parte puedo decir que cuando vas a un sitio y te tratan así, le coges cariño a ese lugar. Eso sí, España sigue siendo mi casa.

-Cuando se dice Javier Fernández, todavía hay mucha gente que aquí no lo identifica.

-Hay gente que sí que me conoce, los que siguen más mi deporte, leen los periódicos, ven las noticias..., y me paran a veces por la calle. Pero bueno, que tampoco es una cosa que sea todo el mundo. Sí que me conocen, pero quizás no a nivel tan grande como otros deportistas de los que toda la gente sabe algo.

«Volver a los siguientes Juegos sería una agonía»

Después de tantos años de esfuerzo al máximo nivel, alejado de España, el final de Javier Fernández como patinador olímpico podría llegar en los próximos Juegos. «Si tengo un buen resultado decidiría más el decir 'paro aquí’'. Al fin y al cabo, es mejor dejar una carrera deportiva en un momento dulce, que en un momento amargo; ya no solo por la gente, sino por ti. Me preguntan mucho que si iría a otros Juegos y siempre digo que sería una agonía. Porque no sé si voy a conseguir estar en lo alto del deporte durante otros cuatro años. Es triste, pero es así: es deporte. Hay deportes que sí y otros en los que no, y este es un deporte que no. Voy a intentar luchar todo el tiempo que me quede. Este año voy a hacer varias competiciones, pero cuatro años sería una locura», expresó el patinador recientemente en una conversación con Efe.

No obstante, lo primordial para él no es el futuro, sino la presente temporada. En su habitual línea de originalidad, en esta campaña se pone en la piel de Charles Chaplin para el programa corto, bajo las notas de la banda sonora de la película Tiempos modernos. Mientras, para el programa largo se viste de Don Quijote, mientras suena de fondo la melodía del musical El hombre de La Mancha (Mitch Leigh y Joe Darion).

Antes de los Juegos tiene por delante en unos días en Moscú el Europeo (15 al 21 de enero), una competición que se le da especialmente bien, con cinco oros en las últimas cinco ediciones. Además, después de Pyeongchang, afrontará en Milán el Mundial (19 al 25 de marzo), en el que tiene en su poder dos oros y dos bronces. El madrileño acaba de lograr en Jaca su octavo título nacional.

En el evento olímpico completarán el elenco de patinadores españoles el debutante Felipe Montoya, en la misma modalidad individual que Javier, y la pareja de danza formada por Sara Hurtado y el ruso nacionalizado español Kirill Khalyavin.