Nadal se despide de Londres

m. sánchez COLPISA

DEPORTES

HANNAH MCKAY | Reuters

Debutó con una derrota frente a Goffin y acabó el partido con problemas físicos que provocaron finalmente su abandono

14 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las dudas eran la mayor preocupación de Nadal antes de iniciar el asalto a su primera Copa de Maestros y la derrota frente a Goffin finalizó con su despedida del torneo, donde será sustituido por el asturiano Pablo Carreño. Sus evidentes problemas físicos, la falta de ritmo y la confianza de los rivales por las nubes, que habían visto en París un Nadal herido, no dejaron alternativa al campeón español, que finalmente tomó la decisión de retirarse. El belga David Goffin, el más inmediato obstáculo en el camino, fue el primero en poner en evidencia el estado físico del español.

El pequeño jugador rubio, que salió con unas cintas en su rodilla izquierda, derrotó en tres sets a Nadal (7-6 (5), 6-7 (4) y 6-4). Este se tocaba la rodilla, paraba la carrera, gesticulaba por dolor, pero aguantó hasta el tercer set. No era el día ni quizás la mejor decisión, pero Nadal salió a la pista del O2 Arena de Londres con la premisa de debutar. El pabellón lleno, su banquillo completo, desde su agente, a su hermana, su padre o su novia y enfrente un rival de los que mejor se adapta a su juego, correoso desde el fondo y con un saque que le corrió a las mil maravillas (doce saques directos).

Nadal comenzó pesado, jugando corto y amplificando la dudas que se cernían sobre él. Cedió rápido su servicio en el tercer juego y miraba serio y preocupado a ambos lados de la pista. La reacción, al devolverle la rotura a Goffin y empatar el partido, no era explosiva. Había quietud en el ambiente y Nadal sopesaba que no era su noche. Solo la inconsistencia del belga le mantuvo a flote. El número ocho del mundo le robó otro break y sacó para llevarse el primer set con 6-5, pero volvió a achicarse en el momento clave, y le regaló un desempate. Tres mini breaks del menudo jugador belga le auparon en el partido.

Reacción del español

La montaña que tenía que subir Nadal multiplicó su pendiente y se puso a la espera de que el español sacase su garra. Goffiin tuvo su oportunidad en el segundo set. Rompió a un Nadal que jugó demasiado corto y que fue aumentando sus malas sensaciones físicas. Pero el belga no fue determinante y dejó pasar un 5-3 a favor y cuatro pelotas de partido, pero lo extraño es que el español no se inmutó, no celebró ni sacó sus chispas. Se heló como lo estaba su cuerpo, que notó el dolor de la rodilla paralizando sus movimientos. En el desempate Nadal se inventó dos passings para apuntalar el empate y dejar las cosas listas para el tercer set, el cual se antojaba como demasiado esfuerzo, y, a la postre, lo fue.

Los problemas físicos se acrecentaron y Nadal comenzó a gesticular más y a frenarse en carreras demasiado exigentes. La derrota era cuestión de tiempo, y sobre el 02 solo sobrevolaba la idea de si acabaría el partido o lo daría por concluido antes. Sus gestos claramente optaban por esta última, pero su espíritu lucharía hasta el final. Goffin se puso con doble break arriba (1-4), cedió una ante un Nadal tieso, al que solo las rodillas fueron capaces de tumbar. El belga cerró el tercer set con casi 40 golpes ganadores (por 43 errores no forzados) por 6-4.

En el otro partido del Grupo Pete Sampras, el búlgaro Dimitrov sumó su primera victoria tras batir en tres sets al austríaco Dominic Thiem por 6-3, 5-7 y 7-5. El partido estuvo marcado por los errores (39 de Thiem y 44 de Dimitrov) de ambos.