Los alevines que consolaron al rival compartiendo celebración

I. A. Gómez A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

El Culleredo se proclamó el pasado fin de semana campeón gallego de baloncesto tras ganar en la final al Estudiantes de Lugo

01 jun 2017 . Actualizado a las 12:50 h.

El Culleredo se proclamó el pasado fin de semana campeón gallego de baloncesto en la categoría alevín. Fue tras ganar en la final al Estudiantes de Lugo. Fue una jornada festiva para los coruñeses, que además dieron toda una lección de deportividad al invitar a los rivales a unirse a su celebración. «Tenemos una tradición que es sacarnos una foto después de cada partido con el equipo rival y, cuando se quieren unir, los metemos en la rueda de celebración. Les decimos a los niños que piensen en el adversario, que se pongan siempre en su lugar, y en esta ocasión surgió de forma natural. Veíamos que estaban bastante tocados por la derrota y quisimos animarlos un poco invitándoles a que bailaran con nosotros», explica Xosé Durán, entrenador del Culleredo.

«El tema es superar la parte emocional del momento porque a veces con el cabreo es difícil, pero los niños lo entendieron enseguida. Casi es más difícil hacérselo entender al entrenador rival que a los niños. Ellos desconectan enseguida e igual que lloran con facilidad también se olvidan rápido de las derrotas. Con estas medidas tenemos muy buena relación con los rivales y, de hecho, en ese tipo de torneos, a los que eliminamos luego nos suelen venir a animar. Cuando das cariño también lo recoges luego», agrega el preparador del equipo alevín.

Durán recuerda que «hace cinco años vivimos la situación contraria. Perdimos la final y también hicimos la rueda con ellos». «Intentamos imitar un poco el espíritu del rugbi», finaliza.