Sonrisa de niño, reflejos de tiburón

Román Pérez TRIBUNA

DEPORTES

23 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A Jorge Prado lo conocí cuando él tenía tres años. El padre ya corría con los sénior cuando yo empecé en el mundo de las motos y nos tratábamos. Un día apareció con él, que ya rodaba con la moto de trial. Enseguida le llamó la atención el cros, aunque el padre tenía las reservas lógicas de un padre. Probó en una moto de 50 cc., y le gustó. Tenía actitudes y aptitudes, demostraba maneras. Siempre fue un niño especial. Muy técnico y muy aplicado, era capaz de mantener la concentración mucho mejor que otros chavales de su edad. A día de hoy esa concentración tan especial sigue marcando un factor diferencial en sus carreras, por eso es un especialista en las salidas. Tiene muy buenos reflejos. El holeshot es súper importante al nivel que están, porque si sales dentro de los diez primeros, es probable que llegues entre los diez primeros. Después adelantar es muy complicado.

Recuerdo que entrenábamos dos o tres días a la semana y la evolución era abismal. Su padre decidió apoyarle en los primeros años, porque es un deporte caro, pero quiso que su hijo tuviera la oportunidad. Desde entonces, Jorge nunca dejó de sorprendernos. Es un tiburón de la presión. Cuanto más difícil es la prueba y cuanto más hay en juego, mejor se desenvuelve. Su mayor hándicap son las lesiones. La diferencia de edad con sus competidores es grande y él está todavía creciendo, aunque es verdad que cuando está encima de la moto eso no se nota. Físicamente ha dado un salto importante este verano, no solo por la edad. Ha preparado a conciencia la musculatura, cuenta con un preparador dedicado exclusivamente a él, algo que nunca había tenido. Todo eso le vino muy bien. A mayores está la moto, es un cambio importante, porque ahora está completamente adaptada a sus necesidades.

Yo creo que tiene muchas posibilidades de estar delante en el Mundial, aunque no sé hasta qué punto le aguantará el físico. Pero si tengo que apostar, diría que Jorge Prado nos va a sorprender.