Araceli Segarra: «He logrado cosas mucho más difíciles que escalar el Everest»

Míriam vázquez fraga VIGO / LA VOZ

DEPORTES

M.MORALEJO

Asegura que la montaña es el lugar donde logra «que las cosas tengan sentido»

07 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue la primera mujer española en alcanzar la cumbre del Everest, pero asegura que ha logrado cosas «mucho más difíciles». Araceli Segarra (Lérida, 1970) presume de que buena parte de sus sonrisas se las debe a la montaña, por eso jamás se ha planteado dejar de escalar. A los 15 años descubrió que aquello «encajaba» en su vida y hasta hoy.

-Veinte años después, ¿cómo recuerda el ascenso al Everest?

-Recuerdo las cosas buenas: el trabajo duro que hicimos para colocar la cámara en la cumbre para el documental que preparábamos, el buen rollo entre nosotros, todo lo que disfruté... Y la película que se ha hecho en Hollywood hace poco.

-¿Reflejaba lo que sucedió?

-Es más real de lo que imaginaba para ser una película de Hollywood, pero cuando te dicen «basada en hechos reales» significa que pasó algo parecido. Es normal, porque han apretado tres meses de expedición en dos horas. En el rescate ves una ristra enorme de personas, cuando éramos cinco que no aparecemos. Ves un helicóptero que choca contra el hielo y es mentira. Es ficción.

-¿Llega a molestarle que se le asocie siempre al Everest?

-No, pero siempre y cuando no se hable solo de eso. Es algo que hice, lo disfruté muchísimo, pero hay otros ascensos mucho más complicados que también están ahí, como ser la primera mujer en el cerro Standhard de la Patagonia. ¡Fue muchísimo más difícil que el Everest!

-¿Cuál es el momento más duro que se puede vivir en la montaña?

-Cuando tengo frío escalando el hielo, las manos empiezan a reaccionar y me pongo a llorar de dolor. Por más veces que lo hagas nunca te acostumbras. Hay otras cuestiones más personales, pero siempre evito hablar de ellas porque se sacan de contexto.

-¿Ha sentido incomprensión por practicar este deporte que exige tantos riesgos?

-Ocurría más hace años, cuando no había información. Ahora hay más gente con inquietudes y que ve que puede convertirlas en realidad. Son actividades que emocionalmente te permiten llegar al equilibrio y cada vez más personas lo descubren.

-¿Y su propia manera de vivirlo ha cambiado también?

-Sí. Cuando empecé era más la adrenalina, la aventura. Ese era el motor que movía mi pasión. Luego hay cosas que no te vienen de nuevo y no te emocionan igual, pero se sustituyen por otras, por ese descubrimiento personal que cuando tenía 20 me daba igual. La pasión está intacta.

-¿Qué significa la montaña en su vida?

-Es el lugar donde consigo que las cosas tengan sentido. Cada uno tiene su montaña particular y lo importante es encontrarla. Es lo que consigue que cada día tenga una sonrisa

-¿Cuál es la mayor satisfacción que le ha dado?

-Cualquier ascenso en el que ves que el compañero confía en ti. Sabe mejor compartir la cordada, que el esfuerzo común dé valor a lo que haces. Aunque la cumbre sea más bajita.

-¿Ya tiene un próximo reto a la vista?

-Siempre. En 15 días me voy a escalar y desapareceré un par de semanas, pero aún no sé a dónde. Vivir en la incerteza es de las cosas que más me divierten.