En los próximos años Ledecky va a marcar una época en la natación. Lo tiene más difícil que Phelps a la hora de coleccionar medallas porque no nada tantas pruebas, pero sus marcas son asombrosas.
A priori, no hay nada que digas que Ledecky tiene que no tienen las demás rivales, simplemente ella está un punto por encima del resto en todo. Físicamente y a nivel fisiológico es un portento, es grande, alta, de piernas largas y brazos largos como Phelps, y luego tiene algo especial que hace que parezca que no se cansa nunca. Le ocurre lo que al de Baltimore, están hechos para nadar.
Lo que hizo en el 400 libres, recortarle dos segundos a un récord que ya tenía en su poder y que había batido los tiempos de los bañadores de poliuretano, ya es importante, pero hasta ahora a Katie no se le ve un límite, y si continúa así, tiene mucho margen de mejora. Destrozar un récord es grande, pero hacerlo por dos segundos, es increíble.
Si hubiera que hablar de un punto débil de la americana, sería que no es «rápida», pero es resistente. Es fondista, pero ha mejorado mucho en pruebas como el 200 libres o el 100 libres. Aún no es capaz de ir al ritmo de las suecas, pero también está claro que si la han incluido en el relevo del 4x100 americano es porque es una de las cuatro nadadoras más rápidas de Estados Unidos.
Ledecky ganó su primer oro con quince años, ahora ha conseguido otro con 19 y aspira a más. Es difícil hablar de edades óptimas en las nadadoras, porque depende de la prueba, aunque está claro que ella puede llegar a Tokio con 23 años, y será una buena edad aunque son las nadadoras de velocidad las que van mejor con más años, porque la experiencia hace que tengas menos errores y cualquier fallo en una distancia corta es determinante.