Y no es para menos. ¡La que has liado, pollito! Un mal último cuarto frente a Croacia, unido al pésimo arranque de Brasil ante la siempre engrasada Lituania, convierten el partido de esta tarde en un encuentro prácticamente del todo o nada. Arrancar con 0/2 es poner patas arriba las aspiraciones reales de encontrar un camino sencillo hacia cuartos. Brasil y España medirán sus ritmos cardíacos, del mismo modo que deben controlar la ansiedad que una segunda derrota produce en un grupo.
Mira que estábamos avisados pero no por ello la derrota inicial frente a Croacia ha dejado algunas heridas en nuestro equipo. Ha marcado las señales por donde afloja España. Rebote, somos mucho menos atléticos que antes. Mirotic no es tan fuerte como Ibaka. Y la ausencia de Marc deja bastante solo a Pau, en algo que nunca ha sido su especialidad.
La posición del alero alto. Nos atacan inmediatamente el poste bajo a nuestro tres (Rudy Fernández) y a pesar de la buena actividad defensiva del jugador del Real Madrid, por ahí querrán hacernos daño los próximos rivales hispanos. También la llamada segunda unidad. España ofrece la sensación de menos estable cuando empiezan las rotaciones. Por último, el asunto Ricky Rubio. Daba grima mirar la defensa croata. Casi hasta una falta de respeto a este nivel.
No es la primera vez que arranca este grupo con una derrota en la alta competición (se llama ver el vaso medio lleno, ¿no?) y como nos han ido advirtiendo, el equipo anda todavía algo lejos de lo que puede obtener. Pero la selección de Brasil, un equipo llenísimo de jugadores formados en España y que tiene la ausencia de Varejao y Splitter, debe servir como bálsamo al triste inicio. Los Rafa Luz y Hettsheimeir, Augusto Lima, Raulzinho Neto, Vitor Benite y Guillerme Giovanonni unen su talento al NBA Leandro Barbosa y Nené Hilario y, bajo la batuta del ex Cajasol, el argentino Rubén Magnano, buscarán el apoyo de su público para tratar de darnos un enorme disgusto. Esperemos que no lo consigan.