El juego del escondite en el medio de la tormenta

Ricardo Hevia EN ZONA

DEPORTES

15 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Burgos, con un espectacular triple desde la esquina, se puso más 16, todo barruntaba tormenta. Después del tiempo muerto, compareció un Breogán distinto. Tanto que, con suficientes minutos y a solo dos puntos, parecía ser capaz de remontar. ¿Cuál es el verdadero Breogán? Llevamos varias temporadas sin aclarar la duda y aquí no vale hablar de pundonor y de carácter. El pundonor y el carácter hay que exhibirlo desde el segundo cero, es obligatorio. En el equipo inferior, la épica o la remontada tienen valor. En el equipo superior, se llama desidia conceder tanta ventaja. Grandes triunfos seguidos de tropiezos inesperados complican cualquier objetivo, suponiendo que lo haya. Que Andreu no iba a comparecer para ejercer de comparsa lo teníamos claro. Subió tres veces con un Burgos poderoso. ¿También el actual es más rico que nosotros?

Partido inédito esta tarde en el Pazo: Amics Castelló, nuevo en la categoría, pero irrumpiendo con fuerza. Nos lo venderán como un coco y de momento se comporta como tal. Equipo sin estrellas y bien trabajado. Allí, el aquí marginal Bortolussi es importante. Nos superan en la tabla, por tanto, ya no caben bromas ni descuidos. Un tropiezo nos haría perder de vista, por ejemplo, a Palencia, el más destacado de momento de los peligrosos. Y ya se nota la inquietud, la preocupación. Y encima hay lesiones, más de las deseadas. Y como siempre, en los momentos de dificultad, hay silencio. ¿Quién manda, quién tiene que dar la cara? Salvo Lisardo, todos están escondidos, seguro que hasta que lleguen los triunfos. Pero el entrenador tiene que estar para otros menesteres. Y, por supuesto, su labor no es la de apagafuegos. Como siempre, nos quedan los jugadores. En sus manos está devolvernos a todos la ilusión. De momento, estamos pisando la línea roja de seguir peleando por cosas o, un año más, empezar a descolgarnos.