Javier Gómez Noya: «Iré a por el oro sin especular»

Paulo Alonso / A. Bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

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janos schmidt ITU

El fenómeno ferrolano, al que le basta el bronce en la final del sábado para reeditar el título, descarta una táctica conservadora y se declara orgulloso del reto: «Tener cinco Mundiales sería un hito»

16 sep 2015 . Actualizado a las 10:15 h.

Para su concentración de 15 días en Edmonton antes de la final del Campeonato del Mundo de triatlón en Chicago, Javier Gómez Noya (Basilea, 1983) planeaba comprar una guitarra acústica. Quería evadirse de la presión de verse otra vez como el rival a batir mientras acariciaba los acordes de sus canciones preferidas de los Rolling Stones, AC/DC, Metallica o Led Zeppelin. «Pero no he tenido tiempo para nada, ni para eso», lamenta el triatleta más laureado de todos los tiempos. Tampoco asoma esta vez un libro en su mesilla. El reto del pentacampeonato no deja espacio para el ocio. «Nos quedamos en Canadá para evitar otro viaje y estar más días sin movernos. Aunque el tiempo está fresco, al menos ya no llueve ni hace tanto frío», comenta a La Voz antes de volar hacia Chicago, donde corre el sábado por la noche (TVG2, 00.00).

-Lleva diez meses de entrenamientos a sus espaldas. ¿Tiene algún mecanismo para vencer a la rutina los días más difíciles?

-Cuando tengo planificada alguna jornada más suave, me permito levantarme algo más tarde. Pero los días de entrenamientos más duros hay que tirar adelante. Como cuando toca entrenar a las ocho de la mañana antes de desayunar y la temperatura fuera es de tres grados, como nos pasó aquí. Ahora ya solo pienso en que me queda una semana y luego ya podré competir algo más relajado. ¿Algún pensamiento para mantener la tensión? Siempre te motiva verte líder y tan cerca. Y ahora ya solo pienso en Chicago. El premio no es poco, ser campeón del Mundo resulta suficiente motivación.

-Vuelve a verse con cierto margen ante la final. Le basta con acabar tercero en Chicago, o incluso cuarto si no vence Mario Mola. Es una situación más sencilla que las que suele afrontar.

-El año pasado me bastaba con ser cuarto en cualquier situación, un escenario incluso algo mejor. Pero no puedes jugar a especular. Aunque llegue con ventaja, si tengo un mal día, lo pagaré. Voy a intentar ganar la final. Saldré a por el oro sin especular. Luego ya se verá la situación de carrera en la que están los principales rivales. En la natación ya no cabe guardar, y luego creo que tampoco sería bueno hacerlo.

-¿Verse primero destacado en la clasificación del Mundial tras una temporada tan regular, añade más presión o más confianza?

-Tengo más confianza porque, además, el año pasado me fue bien en una situación bastante parecida a esta. Otras veces llegaba a la final más desde atrás. Si vas líder, la última carrera resulta más fácil de afrontar, pero también te genera presión. Este año llevo esa situación mejor. Es una carrera y tienes que salir a ganar, no hay más.

-¿Lleva mejor la presión que en la anterior final?

-Sí, el año pasado también me influyó que en la carrera anterior a la final de Edmonton, en Estocolmo, me puse mal. Ahora me siento muy bien. Y el recuerdo de aquel desenlace me ayuda.

-¿Qué carrera le conviene?

-A mí siempre me gusta hacer una buena natación y que haya un corte de ocho o diez triatletas en bici, que nos entendamos bien y dejemos fuera a los de atrás.

-Ya ganó el año pasado en Chicago, pero el circuito del sector de bici no le gusta demasiado.

-A muy poca gente le puede gustar un circuito de siete u ocho giros de 180 grados al que das siete vueltas en bicicleta. Pero la ciudad me encanta y podían haber elegido un trazado más interesante porque este no es bonito para el espectador. Nos adaptamos, en todo caso. En bici los ciclos de potencia son altísimos porque frenas y arrancas todo el tiempo, y de esa forma es más complicado dar relevos en grupo, con giros tan cerrados.

-¿Qué le dice la posibilidad de quedarse solo en número de Mundiales, con cinco títulos?

-Tener cinco Mundiales sería un hito. Estoy orgulloso de tener cuatro como Simon Lessing, que fue un supertriatleta y un referente para mí cuando empezaba en este deporte. Si lo supero, quedará la marca al menos unos años. Sería bonito. Se valoraría después de Chicago.

«Recuerdo todo sobre mi triunfo en Chicago el año pasado»

Esta temporada las piernas de Javier Gómez Noya acumulan ya una docena de triatlones, dos de ellos de media distancia (1,9 kilómetros a nado, 90 en bici y otros 21,1 a pie). Pero su experiencia y el conocimiento de los límites de su cuerpo le permiten afinar la preparación sin pasarse de vueltas, sin quemarse, uno de los grandes riesgos en un deporte de esfuerzos sostenidos en tres especialidades diferentes.

-Si hace un repaso por su cuerpo, ¿qué le duele ahora mismo?

-Creo que nada (ríe). La verdad es que este año ha ido mejor que el anterior y no tuve problemas para parar de entrenar, solo por la fiebre en febrero antes del 70.3 de Dubái, y también antes del reciente Mundial de 70.3. Al margen de eso, tengo la musculatura cargada dentro de lo normal. Me cuesta entrenar porque llevo ya muchos meses de trabajo, entrenando mucho y muy fuerte.

-Muchas veces fueron rivales por el oro y ahora, cada uno por sus intereses, usted y Jonny Brownlee pueden ser aliados en bici, pues él no tiene posibilidades de ganar el título y usted necesita compañeros que den relevos.

-Sí, podemos ser aliados para que no nos cojan los de detrás si se da ese escenario después de nadar. Pero ya pasó más veces en las que esa situación nos convenía a ambos. Ahora él quiere ganar y si, entre los grandes favoritos, solo estamos delante Vincent Luis y yo, mejor para él.

-La final se disputa en Chicago. ¿Ha repasado el vídeo de la carrera de su triunfo allí el año pasado?

-A veces hago rodillo y al mismo tiempo repaso carreras. Esta no la vi, pero recuerdo todo sobre mi triunfo en Chicago el año pasado. Gané en un día de mucho calor y en una carrera algo lenta a pie. Pero esta vez, al no ser finales de junio, sino septiembre, no hará tanto calor y será diferente.

-Este año tuvo tres triunfos soberbios, Yokohama, Río y Estocolmo. ¿Repasó alguna victoria como refuerzo, como estrategia de visualización?

-Vi la de Yokohama haciendo rodillo y anímicamente es un refuerzo porque ves que ganas, pero a veces también repaso otras para estudiar detalles que en carrera no ves, situaciones en bici, arrancadas de curvas, como se reparten los relevos... No es por reforzar algo, la sensación de superar al esprint a Alistair Brownlee ya queda en la mente.