Los cuatro grand slams dan un enorme impacto mediático y grandes beneficios para que las federaciones organizadoras inviertan en el desarrollo del tenis. En la final masculina del US Open no habrá británicos, franceses, australianos ni norteamericanos. Sí un serbio y un croata, países pequeños con poco presupuesto, y también dos suizos para regocijo de una pequeña nación que, con una excelente estructura, se ha visto recompensada con talentos como Martina Hingis, Wawrinka y, sobre todo, Federer.
Una prueba más de que el dinero no puede asegurar el talento, pero sí son necesarios medios adecuados cuando éste aparece, y fundamentalmente un muy buen entorno para que no se desperdicie. Son los casos de Federer y Djokovic, y más recientemente Wawrinka, que encontró en Magnus Norman el equilibrio que le faltaba a una personalidad «especial». El mismo papel ejercido por Goran Ivanisevic con Cilic, despertando las cualidades de su etapa júnior, y convenciéndole que podía alcanzar los mismos logros a nivel profesional.
Los enfrentamientos son muy diferentes. A pesar de no haber jugado a su mejor nivel para alcanzar esta ronda, Djokovic nunca ha perdido ante Cilic, cuya mejor arma, el servicio, probará el resto excepcional del serbio. Pronóstico claro a favor del número 1 mundial, que se crece en las rondas finales.
La otra semifinal tiene muchos más atractivos. Dos jugadores que comparten un oro olímpico, una Davis e incluso preparador físico. Los dos asesorados actualmente por exjugadores suecos, Edberg y Norman. Ambos apuntaron grandes condiciones en su etapa júnior y las refrendaron de profesionales. Los cuatro años que los separan, y la fantástica trayectoria de Federer supusieron para Stan, una presión desmedida para seguir los pasos del maestro. Detalles que retrasaron la explosión de sus cualidades, hasta encontrarse con un Norman que equilibró su tenis.
Dotado de una potencia descomunal y de unas excelentes condiciones técnicas, Wawrinka, que ya eliminó a su compatriota en Paris, constituye una gran amenaza para el sueño de Roger de ganar nuevamente con 34 años el US Open. Los dos han jugado a un gran nivel hasta la penúltima ronda.
Roger lleva una ventaja de 16 a 3 en sus enfrentamientos previos, pero sabe que su rival ha mejorado mucho en los últimos años. Los dos con estilo agresivo, los dos excelentes sacadores, los dos con revés a una mano... El favorito del público, Federer, sin duda, pero el de Basilea va a necesitar mantener el excepcional nivel de los últimos partidos para estar en la final, mientras que las posibilidades de Wawrinka requieren, además de esa excelencia, las mejores prestaciones de su saque.