No se puede juzgar una carrera de un deportista que va a ser una leyenda por sus dos o tres últimos años. Ni tampoco por el conflicto con una persona que todos sabemos que tiene un ego muy alto y que a partir de ahí se le catalogue a ese jugador como conflictivo y se le ponga una mancha que no tiene nada que ver con su carrera. El conflicto nada tiene que ver con su carrera.
Para mí ha sido un jugador modélico y va a ser una leyenda. Dentro de pocos años muchos diremos con orgullo que hemos visto jugar a Casillas. A mí lo que más me gusta de él es que siempre fue una persona centrada, con los pies en el suelo, y no ha cambiado. Somos de la misma quinta: los dos nacimos en mayo del 81 y jugamos juntos en las categorías inferiores del Madrid y de la selección. No sé si va a recuperar el magnífico nivel que ha dado, pero en su incertidumbre muy pocos futbolistas, con todo lo que se generó alrededor de él, todos esos pitos, esos insultos llamándole chivato, hubieran aguantado de la manera que él aguantó. Personalmente me duele muchísimo su marcha de esta manera, porque yo también estoy en un momento en el que ves el fútbol con más perspectiva, porque también puedes sentir más cerca la retirada, y piensas que ese día que dejes el fútbol será especial, quizá el que más vas a recordar. Por eso, que Casillas se vaya del Madrid así no le gusta a él mismo y estoy seguro de que tampoco a la mayoría de los aficionados. Está claro que en su figura también se han mezclado temas extradeportivos, pero para el que le gusta el fútbol seguro que es indiscutible y todo un ídolo.