Las tres fases que tuvo el partido de ayer reflejan a la perfección en qué estado se encuentra Garbiñe Muguruza. Hasta el 6-2 y 3-1 la vimos desplegar todo su potencial. Con un enorme ritmo de bola, empequeñecía a una jugadora del talento de Radwanska. Fue un vendaval. Incluso en los tres juegos que perdió, tuvo ventajas para ganarlos. Rozaba la perfección. Pero, una vez más, el tenis demostró que no tiene tiempo, que todo puede cambiar en un solo detalle, en un instante. Eso, tal vez, es lo que hace tan atractivo este juego.
Y Radwanska se dio cuenta de que tenía que cambiar algo. Con su mayor experiencia, sabía que si el enfrentamiento continuaba por el mismo sentido, no cabía otro resultado que una derrota abultada. La polaca apostó por una estrategia más agresiva, variando las direcciones de sus golpes, hasta entonces algo monótonos. Y Garbiñe, sin querer, aminoró la velocidad de sus envíos, lo que facilitó que Radwanska empezase a colocar la pelota donde quería y la española comenzó a sufrir y vio, poco a poco, cómo se le escapaba el segundo set.
Después del batacazo anímico que siempre supone que te remonten un partido en el que habías exhibido una superioridad tan aplastante, Garbiñe se plantó en el tercero con un solo convencimiento: ganar. Despejó las dudas que había mostrado en el pasado, cuando su juego se plagaba de altibajos. Y después de un quinto juego durísimo, se lanzó a por el triunfo. Me encantó el convencimiento que tuvo para reponerse del bache, por encima de todo, demostró ese carácter ganador que le había faltado en otros torneos donde apuntaba hacia algo importante. Con su talento, potencia física y repertorio de golpes, si mantiene esta mentalidad, puede marcar una época.
Sin embargo, una de las principales cuestiones que deberá mejorar es su porcentaje de primeros y su segundo saque, que es muy atacable. Radwanska le hizo mucho daño sobre este golpe. Y, aunque ya lo ha pulido en los últimos tiempos, su juego de red también se puede perfeccionar. Desde el fondo de la pista es una apisonadora, pocas jugadoras pueden imprimirle esa velocidad a la pelota tanto con el drive como con el revés. A este nivel, está para competir contra cualquiera. A Serena ya sabe lo que es derrotarla. Será un duelo apasionante.