Una derrota ilusionante

manuel blanco PONTEVEDRA / LA VOZ

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El Pontevedra muestra una buena imagen ante el Valladolid

27 jul 2014 . Actualizado a las 19:47 h.

El nuevo Pontevedra tiene buena pinta. Al menos esa impresión dejó ayer ante un rival de enjundia como es el Valladolid, recién descendido de Primera y futuro coco en la Segunda de este año. El conjunto pucelano se llevó el XXXVIII Trofeo Ciudad de Pontevedra tras superar por 0-3 a un combinado granate que ofreció unos primeros 45 minutos ilusionantes, solvente en la retaguardia y con ideas en ataque, sin duda la gran asignatura pendiente del equipo el año pasado.

Los de Manu Fernández arrancaron el partido con más brío del que se podía esperar habida cuenta del rival y de la falta de entrenamientos. Respondió con buen juego a un Valladolid que intentará hacer del balón el epicentro de su propuesta. Al fin y al cabo, su entrenador, Rubi, fue el año pasado el fichaje estrella para el banquilllo del Barça de Tito Vilanova. Toque y jugadores con buen gusto. Esa es la idea de los de Pucela.

El caso es que los granates no le hicieron ascos al envite. Y dejaron satisfecha a la parroquia en los primeros 45 minutos. Especialmente los nuevos. Jorge demostró que le gusta participar en la construcción del juego ofensivo y, aunque el gol le fue esquivo, no era ayer el día para esta suerte por la entidad de la defensa rival. Centrón ofreció detalles de calidad y amenaza con parir una banda izquierda temible en alianza con David Feito. No obstante, fue en el medio campo donde se vio a un Pontevedra más renovado y ambicioso.

Pedro García está para lo grueso y no le hace ascos a lo fino y Jacobo arrima lo suyo. Y todo indica que el salto de calidad podría estar en las botas de Mouriño, un jugador de calidad que dejó detalles de categoría. Gestos técnicos que en Tercera pueden valer unos cuantos puntos.

Suya fue la primera ocasión del partido a los cinco minutos en un tiro libre. Samuel derribó a Jorge en la frontal y la transformación se fue a la derecha de Dani por poco. Los granates combinaron mucho y bien en el primer parcial. Aceptaron el reto de jugar el balón y sumaron unas cuantas acciones de peligro.

Jacobo intentó el gol de la tarde en el 8 desde medio campo, Tubo chutó a palos en el 30 tras una genial croqueta de Pedro García en el 30 y Jorge la tuvo en el 35 en un gran centro de Tubo que culminó una preciosa acción combinativa. Ocurre que a un rival de este nivel no se le puede perdonar. Y minutos antes de estas dos ocasiones, Roger había aprovechado un fallo defensivo para adelantar a su equipo. Así las cosas, la primera parte acabó con un tanto a cero para el Valladolid que mantenía las espadas en todo lo alto.

Carrusel de cambios

En el segundo tiempo, el carrusel de cambios favoreció a los visitantes. El Pontevedra se quedó algo descolocado tras la reanudación y perdió la claridad de ideas que había mostrado en el arranque tras la salida del campo de los jugadores más inspirados.

El Valladolid aprovechó la coyuntura para hacer valer su calidad y castigó con acierto los errores defensivos del Pontevedra. Fue Bergdich quien se erigió en el protagonista al convertir dos tantos. El primero tras aprovechar un pase a la espalda de la retaguardia granate y el segundo en una gran jugada personal en la que se deshizo de tres rivales.

El Pontevedra aún tuvo una última opción de gol en el minuto 87. Benja remató de forma espectacular un gran centro de Adrián (muy solvente toda la tarde), pero Julio reaccionó con acierto. El tanto, sin duda, hubiera hecho justicia a la faena local.