Siete de los doce jugadores que disputarán desde el domingo el Campeonato de España Júnior de baloncesto formaron parte del equipo cadete que fue subcampeón en el 2012
02 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El equipo júnior del Peixe Galego ya vela armas antes de su gran cita del año, el Campeonato de España que arrancará el domingo en Marín. Por tercer año consecutivo, el pabellón de A Raña reunirá durante una semana a las promesas del básquet nacional, entre las que se han hecho un hueco por méritos propios varios de los jugadores del club anfitrión, que en el 2012 dio la campanada al finalizar en segunda posición en el campeonato cadete.
Dos años después, la misma generación vuelve a escena dirigida de nuevo por Javier Llorente, entrenador a su vez del equipo de LEB Plata. El técnico fue el que llevó a la final a un equipo ya irrepetible, y que ahora conforma la columna vertebral del bloque júnior que luchará por repetir la gesta firmada hace dos campañas. De hecho, siete de los doce jugadores que debutarán el domingo frente al Piélagos vivieron aquel éxito, y ahora volverán a enfrentarse de tú a tú a las canteras de los grandes equipos de ACB como el Real Madrid, el Barcelona, el Joventut o el Cajasol, entre otros.
Óscar Matesanz, Jacob García, Rafa Malaquías, Kyryl Podkovirov, Pepe Paz, Cedric Belemene y Rodrigo Pulleiro son los siete jugadores que repiten respecto a aquella histórica cita. Y junto a ellos habrá cinco nuevas caras dispuestas a aportar su granito de arena para volver a encandilar al público de A Raña. Algunos como Brais Otero, en su primer año como júnior, o los todavía cadetes Enrique Cos y Germán Yubero, intentarán vivir en primera persona lo que hace dos años siguieron desde la grada alentando a sus compañeros de club. Otros, como Rodrigo Gómez, que llegó la pasada campaña del Estudiantes Pontevedra, o el catalán formado en la cantera del Barça Aleix Pujadas, que se incorporó este verano, intentarán sumarse a la ola de la generación de oro del Peixe Galego.
El reto, en una categoría superior, se antoja aún más complicado que en el 2012. Pero ya nadie parece dispuesto a dejar fuera de las quinielas a un equipo que se ha ganado a pulso el respeto del baloncesto de base a nivel nacional.