EEl décimo gol de Rennella sirvió para ganar un match ball de permanencia y disipar dudas cara al futuro. Enzo recuperaba la titularidad, tras el indulto invisible de Setién, tras sufrir la condena del banquillo en los dos encuentros precedentes en beneficio de Juanjo. Y eso que no fue la de ayer su mejor tarde, se le fueron demasiados controles y remates, aunque en el penúltimo ajustó el testarazo lejos de los tentáculos de Miño, aprovechando su desmarque en el segundo palo y el bendito centro de Pablo Sánchez, el mejor puñal por banda del Lugo. Remontó el Lugo por vez primera en la Liga, pero necesitó ganarle las batallas de ida y vuelta en que se convirtió el partido a un Mallorca muy bien estructurado y ambicioso. Fue una tarde decisiva de porteros.
El Lugo comenzó y acabó el primer tiempo dormido. El misil lejano de Riverola cogió en el limbo a José Juan. Lejos de amilanarse, los rojiblancos retomaron sus mejores sensaciones, subiendo la intensidad y la propia circulación del balón. También coadyuvó el repliegue erróneo mallorquín al dominio territorial lucense. Rafa García no ejercía del ausente Pita porque no está para ello, pero se asociaba con un inconmensurable Seoane en el robo. Suficiente para la contención, aunque en ella eran bajas voluntarias Sergio e Iago. Menos mal que el canterano estaba allí para aprovechar el rechace del larguero al obús de Seoane, alojando de cabeza el merecido empate. Nos salvó la campana del intermedio. Después, el Lugo volvió a resucitar, aunque en la ida y vuelta pudo pasar cualquier cosa. Creo que sucedió la merecida.