La regeneración pendiente

José M. Fernández PUNTO Y COMA

DEPORTES

26 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La imposible transparencia. Jordi Bartomeu se ha estrenado su atropellado desembarco en la presidencia del Barcelona con una virtud que tradicionalmente no ha adornado al fútbol español. Un acto de contrición después de meses de engaños, ninguneos a los socios y, claro, el peso de la justicia. Un repentino arrepentimiento con el que parar el golpe y desviar la atención, para, en el fondo, convencer a los suyos de que lo importante es que el Barcelona se ha hecho con el crac del futuro, con la estrella que pretendía su gran rival, con el próximo Messi o Cristiano Ronaldo. ¿Qué más da que el coste haya sido de 57 o de 96 millones? Lo realmente importante es que está aquí, que es uno de los nuestros. La vieja cantinela. Importan los resultados, aunque sea a costa de mentir, al amparo de la impunidad y la falta de transparencia que preside buena parte de las actuaciones de los que gestionan los sentimiento ajenos.

Ha afectado al Barcelona, un club en el que las luchas de poder sobrevuelan por encima de los intereses puramente futbolísticos, pero podría suceder, y sucede, en cualquier otro. El fútbol sigue siendo una burbuja sin explotar, un peligroso cóctel de intereses económicos que se rige por sus propios códigos y que sospecha de cualquier mecanismo de control exterior, llámese justicia, fisco o ética. Ahora ha sido una opaca operación, en la que se camuflan costes del traspaso, comisiones, indemnizaciones y salarios; antes, la sonrojante petición de indulto por la actuación delictiva de uno de los suyos, el escándalo fiscal del entorno del mejor jugador del mundo, la retahíla de comisiones incomprensibles o el impúdico pulso con el erario público.

La última víctima ha sido Sandro Rosell, el chico bien de la alta burguesía catalana que fue capaz de construirse por sí una exitosa carrera, la mano derecha de Joan Laporta en el 2003, el vicepresidente que presentó su dimisión dos años despuéss, el opositor tenaz aupado a la presidencia tras desnudarse en público (Bienvenido al mundo real, tituló sus reflexiones en el 2006), el dirigente que ha impulsado un código ético del buen gobierno. Rosell también ha caído en la red de intereses superpuestos, intermediarios, fondos de inversión? Un mundo paralelo de reglas opacas, cláusulas de confidencialidad, contratos simulados y verdades ocultas. El fútbol también demanda una regeneración que por lo visto sus protagonistas tampoco parecen dispuestos a acometer.