El futbolista del Calasancio Ramón Rodríguez Vázquez fue el gran protagonista de la última jornada de liga. La joven promesa soberina regresó a los terrenos de juego después de cinco meses en el dique seco en el partido que su equipo, el cadete, disputó a domicilio ante el CD Lérez. Ramón entró en el minuto 70 en sustitución de Sierra, y volvió a demostrar las ganas que tiene de reencontrarse con el fútbol.
El deportista estudiantil pasó unos meses complicados, ya que el pasado 27 de abril le diagnosticaron osteomielitis y sepsis, una infección ósea causada por bacterias. Los médicos le comunicaron que tendría que esperar uno o dos años para volver a los terrenos de juego. «Fue un momento muy duro para mí», comentó Ramón.
El guardameta soberino estaba certificando una gran temporada, pero una tarde fue a entrenar con el Club Lemos. En esa sesión preparatoria notó un fuerte dolor en el abductor, pero siguió entrenando. No le dio mayor importancia, pero el dolor se mantuvo durante la noche y a la mañana siguiente, lo que motivó que acudiera al hospital.
«Por la mañana fui al instituto a hacer un examen, y en el recreo acudí a urgencias. Allí me dijeron que tenía una tendinitis, pero al día siguiente tuve fiebre y llegué a los cuarenta grados. Regresé al hospital, estuve un mes ingresado, y tras numerosas pruebas detectaron mi dolencia», comentó Ramón.
En ese momento -finales de abril y principios de mayo- empezó un largo período de recuperación. «Lo pasé muy mal, porque aunque tenía claro que no iba a abandonar el fútbol, sí era consciente que me quedaba mucho tiempo para regresar a los terrenos de juego», señaló.
En esos difíciles momentos, Ramón estuvo arropado por sus padres, sus amigos y sus entrenadores. «Quiero hacer una mención especial a Nacho, con el que en las últimas semanas antes de que me dieran el alta médica estuve trabajando en solitario, a Manu y a las familias Pérez Madarnás y Rodríguez Regueiro», comentó la joven promesa estudiantil.
El tratamiento fue efectivo, ya que de los dos años posibles para la recuperación, Ramón curó en cinco meses. «A principios de agosto ya empecé a hacer natación, a mediados cogí la bici y a finales ya trotaba. El día 16 de septiembre acudí al médico, que solicitó varias analíticas y una resonancia. La hice el día 19, y el 23 ya me dieron el alta», comentó el guardameta.
Ese día dejaba atrás meses complicados, pero su sufrimiento se atenuó por las continuas muestras de apoyo y cariño que recibió de todos sus amigos y familiares. «También quiero agradecer a los futbolistas del Deportivo que me regalaran una camiseta y unos guantes firmados por Aranzubía», dijo.
Competir por la titularidad
El pasado fin de semana se completó la alegría con los veinte minutos que jugó ante el Lérez. «Me emocioné mucho al saltar al terreno de juego, y más escuchando los ánimos de mis compañeros y de los técnicos, Melchor y Pibe. Jugando me sentí bien, ya que no tuve ninguna molestia», dijo.
El objetivo de Ramón es entrenar a tope para conseguir la titularidad. «Quiero ayudar al equipo a conseguir el objetivo de la salvación. Estoy muy motivado para entrenar al máximo», comentó.
De cara al futuro, el joven futbolista admite que le gustaría llegar al fútbol de élite y seguir así los pasos de Cabanelas, Penas, Álex, Richi y Róber, que dieron el salto. Este fin de semana, si juega de titular o salta al campo durante el partido, recibirá un caluroso homenaje de la afición. Seguro que este joven y humilde futbolista se emocionará y responderá con agradecimientos desde el terreno de juego.
«Estos últimos meses fueron muy duros para mí, pero nunca pensé en abandonar el fútbol»
Portero del Calasancio cadete