Camina el Breogán hacia el inicio de la Liga con más noticias, o más importantes, fuera del campo que en la cancha. Es la consecuencia de estar en manos de políticos, un pelele de sus intereses es el equipo azul en estos momentos. Que a Javier Gómez se le han recortado sus funciones hasta dejarlo en mera figura decorativa es sabido hace días. Exactamente, dos horas antes de una reunión del Consejo de Administración, cuando se inventaron una vicepresidencia deportiva. Un filtro más para tenerlo todo controlado. Cuando se dicen tantas mentiras, es necesario que todo esté atado y bien atado. La consecuencia inmediata de este movimiento es la ascensión de Juan Carlos Castro. Incombustible, capaz de sobrevivir en el Amazonas sin brújula, aquí está nuevamente como hombre fiel a la nueva comisión deportiva. Con su fidelidad al poder, ya no quedan disidentes. Seguimos caminando hacia atrás y escuchando milongas. ¿Para cuándo el anuncio del nuevo espónsor? Porque es mucho lo que se mueve entre bastidores, por mucho que pretendan engañarnos. Un antiguo director general con cargo en la Diputación ayuda al Estudiantes en su lucha por seguir chupando más que ningún otro club de Lugo. Y nos dicen que los estudiantiles no se benefician de su proximidad al Breogán... Y lo más gordo es que se quedan tan tranquilos. Qué grandes son y qué capacidad tienen para inventarse historias. Pero esto no acaba aquí. Lo que pasó en la Diputación en la mañana del miércoles 4 de septiembre saldrá a la luz; las palabras que le dijeron exactamente a Javier Gómez para rebajarle su rango, lo mismo. Y cuál es su plan real, ¿salvar al Breogán o hundirlo?, tampoco quedará en la oscuridad. Esa oscuridad de donde viene el nuevo hombre fuerte, Juan Carlos Castro. Y de donde emerge el antiguo director general, ahora más activista que nunca.
A punto de comenzar la competición, déjense de intrigas y mentiras y pónganse a hablar de baloncesto, que es lo que nos gusta.