La continuidad de Tito Vilanova, un tema delicado en el Barça

Colpisa

DEPORTES

Albert Olivé

El técnico, otra vez en Nueva York de tratamiento, tiene la palabra y el club le apoyará, pero ya se manejan planes alternativos

20 may 2013 . Actualizado a las 21:37 h.

Tito Vilanova dejó abierta una gran duda anoche en el Camp Nou. «Ayudadles y animadles, que os harán disfrutar. ¡Visca el Barça y visca Catalunya!». La última frase del entrenador culé en su discurso a la afición tras levantar junto a Abidal el trofeo de Liga alimentó la posibilidad de un adiós. «No hay que buscar los tres pies al gato, solo quiso ser agradecido con sus jugadores», aclaró Jordi Roura, su segundo, poco después. Seguramente, el técnico azulgrana solo quería desviar la atención de los seguidores hacia sus jugadores, pero en su situación todo se observa con lupa, especialmente en un momento en el que el club está obligado a tener un mente un plan B y hasta un plan C para el banquillo.

Oficialmente, Tito Vilanova será el entrenador del Barça la próxima temporada. Así lo han afirmado el presidente, Sandro Rosell, y el director deportivo, Andoni Zubizarreta, pero los dos están pendientes de la evolución de una enfermedad que esta temporada le obligó a recibir tratamiento durante tres meses en Nueva York. Y aunque sus ayudantes Jordi Roura y Aureli Altimira le echaron una mano en permanente contacto con su superior, el equipo no pudo mantener la intensidad de la primera parte de una temporada que se le ha hecho muy larga. Es un tema delicado. Lo primero es la salud del entrenador. Pero si hay que tomar alguna decisión impopular quizás se tome porque hay mucho en juego.

El sábado sorprendió que tanto Tito Vilanova como el club, bastante opaco esta temporada en informaciones de carácter personal, se extendieran en dar todos los detalles del nuevo viaje del técnico a Nueva York. Desde el lunes hasta el viernes se someterá a un estudio de inmunoterapia oncológica, un procedimiento alternativo y muy novedoso desarrollado por una unidad especializada, basado en la especialización. Estaba previsto que se llevara a cabo en verano, pero se ha avanzado una vez que el Barça amarrara la Liga de forma matemática.

La última palabra la tendrá Tito Vilanova. Si se siente con fuerzas, seguirá en el cargo. Pero se entiende que el club le va a pedir que estudie muy bien su decisión. Y mientras tanto será inevitable que aparezcan nombres en el horizonte más o menos lejano como Manuel Pellegrini, Luis Enrique o Ernesto Valverde. Tito se ha ganado un respeto como entrenador en un año complicado, sustituyendo a una personalidad arrolladora como Pep Guardiola. Y lo ha hecho con naturalidad, sin dobles mensajes. Por eso el sábado, cuando apareció con un pañuelo rojiblanco en el cuello, un complemento que utiliza para ocultar las señales de la operación del tumor en la glándula parótida, aceptó la broma sobre si era un guiño a la victoria del Atlético sobre el Madrid en la Copa, pero acabó su respuesta con una frase demoledora: «Me lo ha regalado mi mujer, los tengo de todos los colores, pero ojalá no tuviera ninguno.».