El conjunto azulgrana consigue su el título tras el empate del Madrid ante el Espanyol
12 may 2013 . Actualizado a las 16:16 h.El Barça conquistó este sábado, sin jugar, merced al tropiezo del Madrid, su cuarta liga en un lustro. Hoy el Atlético de Madrid le hará el pasillo en el Calderón (19.00 horas, C+ Liga y GolT). Los azulgrana siguen acumulando títulos en una era deslumbrante, la que inició Pep Guardiola (para algunos Frank Rijkaard) y que ha continuado Tito Vilanova. La conquista del espacio perdido frente al Madrid el año pasado ayuda a mitigar los borrones que saltearon su último concierto. El equipo amaneció arrollador y, sin embargo, se fue apagando poco a poco durante el otoño del curso futbolístico. Nadie puede negar que ahora parece que al Barça todo le cuesta un poco más. Ya no es aquel equipo exuberante que transformaba a los contrarios en marionetas. Sufrió para vencer en campos en los que antes le sobraba con un resuello y terminó zarandeado por el Bayern. Pero sus números en el torneo doméstico son incontestables y si los resultados marcan el baremo de una temporada, Vilanova no debe estar insatisfecho. Dicho esto, a la celebración de su Liga da la impresión que le faltó el baile.
Los registros de Messi
Quizás la mejor noticia que deja esta Liga al Barça es comprobar que Messi todavía tiene cuerda para mejorar. En los números de la pasada campaña se atisbaba la cumbre de su rendimiento, pero ha demostrado que su talento dispone de gasolina como para seguir descorchando récords. De hecho, en el tramo decisivo del año, cuando el conjunto catalán entró en la recta de llegada, solo Messi terminó empujando el bólido. Allí rompió por primera vez. Las piernas le dijeron basta, pero le sobró un suspiro de reposo para reventar al Athletic y al Betis y poner el punto final a un campeonato que el Barça ya había guardado hace tiempo en las vitrinas.
Nuevos talentos
No solo Messi iluminó la Liga que acaba de conquistar el grupo de Vilanova. Iniesta también liberó pinceladas emocionantes y a Piqué no le costó coger galones cuando la ausencia de Puyol obligó a un recambio en la comandancia de la defensa. Pero, tal vez, los destellos más ilusionantes los protagonizó Tello. El extremo se convirtió en el antídoto para los atascos en los que se metía el equipo en algunos encuentros. Uno de los reproches más recientes que se le ha hecho al cuerpo técnico es no haberle otorgado más minutos. Pepe Mel, a quien le provocó un naufragio por el costado derecho, lo calificó recientemente como un futbolista de «selección española».
Sin recambio para los mejores
Tito Vilanova no fue capaz de articular una fórmula para la siempre complicada misión de proporcionarle oxígeno a los pilares fundamentales del equipo. Messi, Iniesta y Xavi se han dedicado a esprintar desde agosto. Thiago, Fabregas, Villa, Pedro o Alexis no le transmitieron confianza suficiente como para darle el relevo a un tridente prácticamente sagrado. Su excesivo concurso deshizo la frescura con la que había arrancado la Liga.
La lacra de las lesiones
Una plantilla mermada
Es cierto que en ocasiones Vilanova se quedó sin recursos por las numerosas bajas que presentó el Barça en tramos decisivos de la campaña. Puyol, Adriano (el hombre más polivalente de la plantilla), Busquets y Mascherano visitaron con una frecuencia inusitada la enfermería. Esta circunstancia hace difícil precisar cómo habría terminado la competición el equipo si no le hubiesen alcanzado los contratiempos. Porque quizás el cambio más significativo con respecto a las Ligas de Guardiola fue que la conocida depresión de febrero se acrecentó. Ese bajón físico que habitualmente exhibía el Barça se volvió más ostensible.
La ausencia de Vilanova
El Barça no solo encontró problemas en las bajas de los jugadores, también tropezó con el repentino recrudecimiento de la enfermedad de Tito Vilanova. El técnico se sometió a una intervención quirúrgica para atajar el cáncer que padece en las glándulas salivales. Después se ausentó para proseguir el tratamiento de recuperación desde Nueva York. Roura cogió el testigo. Pese a que a su segundo le faltaba peso, el Barça tuvo el gran mérito de seguir ganando. Los futbolistas jamás bajaron el pistón y, por eso, continúan haciendo historia.