Sin lugar a dudas, Bea Gómez y Paula Carballido pueden considerarse objetivamente las dos mejores representantes que nuestra disciplina ha dado en la historia. Son dos nadadoras que aun coincidiendo en muchas de las pruebas, su modo de nado es totalmente diferente.
Físicamente en Bea se aprecia mayor desarrollo muscular mientras que Paula era más longilínea. Esta diferencia física condiciona el nadar de cada una. La olímpica en Sídney tenía un nado más de frecuencia que de amplitud, que es el que Bea explota con descaro en todos los estilos que aborda.
En precocidad también gana Bea, quien con solo 18 años ya ha sido olímpica y va a disputar tres pruebas en un Mundial, algo esto último que Paula nunca consiguió, si bien tampoco fue excesivamente tardía, pues con poco mas de 18 ya nadaba competiciones internacionales. En favor de Carballido hay que señalar que durante años dominó a nivel nacional algunas pruebas, cosa que Beatriz, al tener por delante a Mireia Belmonte no ha conseguido aún. De todos modos, no lo descarto.
Por último, en lo que a la mentalidad se refiere, también Bea tiene un plus a su favor, ya que a su antecesora le costó bastante asumir su gran potencial y esto le hizo perder oportunidades en las competiciones de categoría de edad donde le costaba situarse en los primeros puestos nacionales. La mala fortuna se cebo con Paula y una lesión en el escafoides le obligó a retirarse, todos confiamos en que nada le impida a Bea conseguir sus objetivos deportivos y no se sorprendan si la vemos entre las 3 primeras del mundo, pues pues ofrece un rendimiento máximo en las grandes citas.