República Checa supera a España tras el triunfo de Ferrer y la derrota de Almagro
19 nov 2012 . Actualizado a las 15:18 h.El último valiente del tenis de ataque, el guardián de las esencias del juego en la red, Radek Stepanek, se convirtió ayer en el héroe de la más romántica de las competiciones del tenis. Su triunfo valió el título de la Copa Davis de la República Checa, que le arrebató a España la ensaladera. David Ferrer ganó primero a Tomas Berdych por 6-2, 6-3 y 7-5, con lo que igualó la eliminatoria a dos victorias. En el partido definitivo, Stepanek superó a Nicolás Almagro por 6-4, 7-6 (0), 3-6 y 6-3 en un O2 Arena de Praga entregado. Se trata del segundo título del equipo centroeuropeo, que había ganado en 1980 cuando formaba parte de Checoslovaquia.
Si no alcanzó la perfección, Ferrer estuvo muy cerca. Jugó uno de los partidos más completos de su carrera sobre la superficie rápida y bajo techo de Praga, y ante un exponente único del tenis de ataque como Berdych. El alicantino sirvió de maravilla, atacó desde el fondo de forma continua, encontró en la derecha cruzada su mejor arma, pasó al rival en la red por todos los rincones y hasta alteró el guion con alguna dejada y golpes de auténtica clase.
Berdych no encontró coartada a tal baño ni en el cansancio, y reconoció la superioridad de un Ferrer que, en los últimos meses, viene jugando como si fuera uno más de los cuatro tenistas que dominan el tenis actual, Nadal, Federer, Djokovic y Murray. No solo mantiene su ADN de jugador indestructible, sino que es capaz de terminar el encuentro ante Berdych con un interesante balance de 38 golpes ganadores por 31 errores no forzados. El dato es elocuente sobre la vocación de ataque del español en el encuentro de ayer ante un rival que no había perdido un solo partido de la Copa Davis en este año 2012.
La crítica de Feliciano
Después de que Feliciano López cuestionase en público la elección de Almagro como número dos, el murciano tenía la posibilidad de reivindicarse en el partido decisivo. Jugaba contra Stepanek, que afrontaba el último gran reto de su carrera a los 33 años.
La tensión hizo que el partido fuese creciendo en calidad y juego a medida que fue avanzando. Con todo, el encuentro se le escurrió a Almagro por un par de detalles en los momentos decisivos. En la primera manga, perdió su único servicio en el último juego. En la segunda, levantó cuatro bolas de set para entregarlo después en un errático tie-break en blanco, cuando el duelo ya se había convertido también en un enfrentamiento personal, con los jugadores picados.
Con dos sets en contra, Almagro desató sus mejores estacazos de fondo para ganar el tercero. Stepanek parecía acusar el casancio de tres partidos en tres días, pero bastó un break al inicio del cuarto para que el público le empujase para hacer olvidar la fatiga. El checo logró entonces puntos increíbles, conectó voleas en plancha y levantó a su afición en un desenlace emotivo y espectacular como solo brinda la Copa Davis.