Espléndida la fotografía del Racing ferrolano, que ayer nos ofrecía La Voz de Galicia, con Isidro Silveira y Manuel Aira, presidente y entrenador, ambos respaldados por el grupo de unos jóvenes futbolistas que vienen anotándose el triunfo en cada uno de los partidos jugados en Tercera División. Contemplar al frente del grupo a un Silveira rejuvenecido, al lado de su entrenador enfundado en una camiseta verde, fue una estampa que despertó añoranzas, en plural, en infinidad de viejos ferrolanos quienes acusaron en su ánimo un sentimiento nostálgico por aquellos tiempos pasados, cuando el Racing de Ferrol ocupaba un puesto relevante en la Liga de fútbol que entonces tampoco era ?la mejor Liga del mudo?. Colmaba las satisfacciones de los ferrolanos quienes conocieron la emoción que uno siente viendo a su equipo festejar más de un ascenso a Segunda División (años 1944 y 1966) o disputar una final de Copa (entonces del Generalísimo) en 1939. Viejos tiempos que no se olvidan.
La ilusión del aficionado al fútbol, en este caso seguidor del histórico Racing (equipo próximo a los cuatro años para cumplir el centenario de su fundación) es una esperanza permanente. Con más o menos fuerza, dependiendo del momento, bajo la batuta de Isidro Silveira se incrementan las ilusiones del racinguismo ferrolano, según el reportaje que José Valencia nos ofreció anteayer en este periódico.