Día excepcional para el deportivismo. Hoy es domingo, y el campeonato nacional de Liga está en marcha pero el equipo coruñés no juega su partido oficial porque la programación fijada por la televisión decidió que el Deportivo-Sevilla se dispute mañana, a partir de las nueve y media, es decir, ya entrada la noche, dato que, lógicamente, no resulta del agrado de los aficionados.
Este es el fútbol que se viene ofreciendo de un tiempo a esta parte a la afición española, con una programación troceada que obliga a esperar por los últimos (que no son los de la fila, aclaramos por si alguno duda) para que el seguidor pueda sacar las conclusiones en su intento por adivinar el futuro inmediato de su equipo, según resultados de los partidos ya jugados que, en este caso que aquí tratamos, serán todos.
Todo y nada de lo que pueda decirse hoy carece de firme valor porque seguirá pendiente de lo que suceda mañana. El Sevilla Club de Fútbol es tradicionalmente un rival siempre difícil, quizá con más fuerza en este momento porque llega al estadio municipal de Riazor pletórico de moral por su reciente victoria (1-0) sobre el Real Madrid.
Desde que lo dirige el otrora futbolista del Real Madrid y de la selección española Michel, el equipo sevillista, además de juego, destaca por su alto espíritu combativo. José Luis Oltra y sus jugadores son conocedores de esto y también de lo difícil que se presentan en el calendario los próximos partidos.