Aicardo se enfrentará el sábado por vez primera al club en el que se formó
19 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Entre los muchos alicientes que reúne el partido que enfrentará el sábado al Santiago Futsal y al Barcelona está el regreso a Sar de Aicardo, el Pollito que se hizo gallo en el Santiago Futsal y que supo esperar sin precipitarse para hacerse un hueco en la élite. El club compostelano, entonces denominado Lobelle, lo captó para su cantera cuando tenía solo 16 años. Entonces era ya tan largo como ahora y alguien le puso el apodo que se mantuvo con el tiempo, aunque por el camino acabó dejándose el diminutivo.
El entonces gerente de la entidad, Gonzalo Muiños, todavía recuerda la primera toma de contacto con el andaluz. Le regaló un biberón. «Para cuando te acuerdes de tus papás», le dijo. Acertó, porque al chaval le sobrevino la morriña e hizo la maleta de vuelta. El Lobelle no le puso problemas, pero tampoco se desprendió de él. Lo esperó. Volvió dos años más tarde, directamente al primer equipo. Y desde entonces su progresión ha sido imparable.
Aicardo se convirtió en un referente a la velocidad de la luz. Enseguida alcanzó la internacionalidad y, a las órdenes de Venancio López, conquistó el Grand Prix de Brasil.
El cierre era una pieza muy codiciada, pero ni él ni su representante perdieron la cabeza. Entendieron que todavía había margen de mejora y que Santiago, por su filosofía y su manera de trabajar, era el mejor sitio para seguir creciendo. Contra pronóstico, Aicardo amplió su contrato en el primer trimestre del 2011, hasta junio de 2013.
Acertó, porque a las órdenes de Tomás de Dios siguió mejorando. Y supo mantener la cabeza fría entre los cantos de sirena que le llegaban.
Despertó el interés de los tres grandes y terminó recalando en el Barça, el único que comunicó formalmente su interés por el jugador y que presentó una oferta. Los otros le sugerían que esperase el año que le restaba de contrato para poder negociar con la carta de libertad y, por tanto, sin necesidad de llegar a un acuerdo con el Lobelle.
Comportamiento ejemplar
Aicardo no entró en el juego. Siempre tuvo un comportamiento ejemplar con el club que lo catapultó, y la hora del adiós no fue una excepción. El Barça pagó por su traspaso y se aseguró el concurso de uno de los jóvenes valores del fútbol sala español para las próximas cinco temporadas. Esta fue la única operación de relieve en el mercado del verano.
Ahora está en un club por el que siempre sintió debilidad. Probablemente le faltará la familiaridad que disfrutó en Compostela, porque las dimensiones del Barça y del Santiago Futsal no tienen nada que ver. En el gimnasio, en Sar, a veces coincidía con aficionados que también son usuarios de las instalaciones deportivas. En su nuevo destino, de vez en cuando coincide con Messi, con Navarro, Cristian Ugalde...